Ahora sí, último día. Tengo vuelo a Bombay que sale a las 6 y el aeropuerto está a unos 40 km. Como el taxi sale muy temprano, resolvimos que lo mejor es alquilar un scooter. Así podemos viajar los dos con mochilas y aprovechar más el tiempo.
Salimos temprano, haciendo la misma ruta que el otro día, pero sin parar. Queremos llegar hasta Panaji para después ir a Old Goa. Qué hermosa sensación de libertad… Es un lugar hermoso para recorrer en moto.
Como ya conocemos el camino, llegamos mucho antes de lo esperado, y sin darnos cuenta llegamos a Goa. Lo que es la suerte, venimos a caer en este lugar justo el día de la fiesta patronal. Es algo bueno por un lado, porque podemos ver su gente tal cual es, vivir un poco de tradición local y tener otro panorama del lugar. Todos vestidos elegantes para la ocasión, colmando las calles, celebrando. Debido a su historia de colonia porrtuguesa. Goa tiene una fuerte tradición católica, mezclada con la religión hindú, por lo que el sincretismo es muy marcado. Se ven hindúes rezando en las iglesias, con amuletos y rosarios.
Pero ser parte de esta fiesta tiene también sus desventajas porque hay colas larguísimas para entrar en todos lados, no podemos llegar con la moto porque gran parte del circuito está cortado, y nosotros encima andamos con la mochila. En conclusión, vivimos esta experiencia única a costa de no poder visitar todo lo que hubiésemos podido en cualquier otro día. Conseguimos dejar la mochila en un restaurant y meternos entre la multitud para presenciar la misa en frente a la Sé Cathedral.
Después de pasear un rato decidimos que lo mejor es buscar un lugar menos concurrido para almorzar. Así que volvemos a la moto. De ahí en más recorremos pueblo tras pueblo sin encontrar nada donde sentarnos a comer. Cuando queremos acordar ya estamos en el aeropuerto… ahora sí me siento triste. Es el fin de una nueva aventura, o mejor dicho, la segunda parte de las aventuras de este equipo, y me da penita que se termine, pero emoción y felicidad a la vez, por haber venido. Me quedo con el alma llena, porque ahora estoy en mi camino y que tengo que terminar para volver a empezar.
El vuelo de Spice Jet es bastante rápido y tanto mi equipaje como yo llegamos sanos y salvos a Bombay. De ahí unas cinco horas de espera en la terminal de cabotaje hasta que dos horas antes me autorizan a cambiar de terminal, tomando un bus eterno. Finalmente hago el check in, despacho la mochila, migraciones y ya estoy en la sala de pre embarque. Estoy cansada, y de pensar la cantidad de horas que me esperan, me da mucha más fiaca todavía.
La llegada a Buenos Aires se adelante una hora. Nervios como siempre, porque mi mochila tarda una eternidad en aparecer y cuando finalmente terminamos con todo y salimos, no hay nadie esperándome 🙁 Al rato, llega mi familia.
Me basta con montarme a la ola infernal de la autopista para darme cuenta y asumir que estoy de vuelta. Miro mis piernas bronceadas y es imposible no desear haberme quedado en India un poco más…pero se que voy a volver a salir. No se cuando, pero voy a volver a salir. Esto es sólo una aventura más de las muchas que voy a vivir en mi vida. Sonrío.
“El sentido de la vida es sentir,
Porque el fin de la vida es el fin”
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