Imagínense una ciudad como un parque de diversiones. Carritos, vuelta al mundo, toboganes y hamacas. Imagínense moverse de un lugar a otro como si todo fuera un juego, llegar y olvidarse de las cuentas, del tráfico, de los relojes. Imagínense tener, al menos un día, toda una ciudad para pasear de punta a punta, sin otro objetivo más que el de disfrutar, como si pudiéramos volver a ser chicos otra vez.
Imagínenlo, porque exactamente así fue como viví mi segundo día en el Blog Trip #VenaMedellin …
Mucha gente me pregunta por qué mi blog se llama «Los viajes de Nena». ¿Me dicen así? ¿Quién? La realidad es que más que un sobrenombre, elegí nombrar al blog de esa forma porque así es cómo me siento cuando viajo. ¿Vieron eso que siempre se dice, que hay que dejar salir al niño que todos tenemos dentro? Bueno, cuando pongo un pie fuera de mi casa y me calzo la mochila, la nena que tengo dentro se despereza y arranca. Y les juro que es como si se apropiara de mí, porque entonces dejan de importarme los formalismos: salto, me río a carcajadas, juego…y vuelvo a ser como una nena otra vez.
Visitar el Parque Explora

Después del primer paseo, en el que conocimos las esculturas de Botero, seguimos camino para visitar el Parque Explora. Desde que el momento en que supe que iba a volver a Medellín, lo que más me interesó fue conocer este lugar. El Parque Explora es un centro interactivo orientado a divulgar la ciencia y la tecnología por medio de la experiencia. Tiene salas 3D, el acuario de río más grande de Latinoamérica, un planetario, un estudio de televisión y más de 300 experiencias interactivas. Si hay un lugar en Medellín para jugar sin mirar la hora, créanme que este.


Empezamos el recorrido por los acuarios, seguimos por el insectario y terminamos en la SalaMente, un espacio dedicado a jugar con —y a engañar— los sentidos. Como suele suceder en estas experiencias, estuvimos cortos de tiempo. Los blogtrips, lamentablemente, suelen ser así: un pantallazo de lo más importante en un tiempo record. Igualmente, no me importó ni el apremio ni la falta de complicidad —mi nena interior estaba exaltada, quería hacer todo y volverlo a repetir, pero no había demasiado quorum—. Lo disfruté igual. Desde las pruebas en donde la vista nos engañaba el equilibrio o la perspectiva, hasta aquellos juegos en donde el oído condicionaba nuestro estado de ánimo o nos ponía en estado de alerta. Podría haberme pasado, sin exagerar, toda la tarde metida ahí adentro. Visitar el Parque Explora fue de lo más divertido que hicimos en Medellín





Museo El Castillo
Después de un picnic en el Jardín Botánico —otro imperdible de Medellín, pero que no pudimos disfrutar mucho por la lluvia—, seguimos camino hacia el Museo el Castillo. A ver, ¿a quién no le gusta husmear en las riquezas de la burguesía de otras épocas? ¿Quién no disfruta de subirse a esas torres y balcones, propios de los cuentos de Disney y fantasear, aunque sea por un ratito, que uno vive en la realeza, que esa casona nos pertenece? A mí me encantan los castillos, aunque debo reconocer que la mayoría de las veces terminan siendo más encantadores por fuera que por dentro. La oscuridad, los ambientes lúgubres, la imposibilidad de acercarse a los muebles. Todo eso me genera una lejanía imposible de sortear y me rompe el encanto. Sin embargo, en el Museo el Castillo el ambiente me resultó muy familiar.
Quizá sea porque su historia no se remonta a siglos atrás, sino a unas cuantas décadas, pasear por su infinidad de habitaciones no resulta tétrico. Por el contrario, uno puede acostrumbrarse fácilmente y hasta llegar a pensar en qué cuarto dormiría o cuantos miembros de CouchSurfing hospedaría su viviera en esta casa… 🙂
De juegos y castillos pasamos al Sistema Metro de Medellín. Ahí también volví a sentirme una nena cuando por sus parlantes la cinta grabada no dejó de repetir —en una secuencia tan paternal como orwelliana— cuáles eran las buenas costumbres y los valores de la cultura metro. Frases como “recuerda que comer arriba de los vagones va en contra de las buenas costumbres que fomentamos en la cultura metro” o “arriba del metro es de buena educación sentarse correctamente” fueron el marco perfecto para jugar a 1984. El metro más limpio del mundo es muy puntual y ordenado, pero no tiene espacio para artistas callejeros y, debo reconocer, se extrañan. Por suerte, en uno de los viajes tuvimos el privilegio de viajar con el maquinista —cosa que nunca antes había hecho— y tener otra vista del paisaje.
De allí seguimos subiendo. Medellín es la primera ciudad en el mundo en implementar el teleférico como medio de transporte público y masivo. Lo que para nosotros era un paseo con unas vistas impresionantes, para muchas, muchísimas personas, es la única manera de poder desplazarse desde su casa hasta el centro de la ciudad. En la actualidad hay dos metro cables —tuve la posibilidad de subir a los dos y, repito, las vistas son imperdibles—, aunque se están proyectando dos más.
Cuando terminó el día y finalmente llegamos al hotel, tenía tanto que contar que me costaba ponerlo en palabras. Estaba cansada como si hubiera corrido toda la tarde jugando a las escondidas y tenía una sonrisa igual. Por suerte, todavía quedaba Medellín. Gracias, otra vez, Bureau de Medellín por la invitación!
Más info para visitar el Parque Explora y el Museo del Castillo:
Parque Explora: Abre de martes a viernes: 8:30 am a 5:30 pm. Sábados, domingos y feriados: 10 am a 6:30 pm. La entrada tiene un valor de U$D 6. Entiendo que para el que viaja con presupuesto mochilero puede parecer un poco caro (de hecho, ese fue el comentario de muchos viajeros y la razón por la que no lo visitamos en mi primer viaje a Medellín). Sin embargo, los valen. Lo mejor es ir bien temprano para sacarle buen provecho a todo. Tengan en cuenta que la entrada incluye la mayoría de los atractivos, y da tranquilamente para pasar toda la tarde. Para llegar lo más conveniente es tomar el Metro de Medellín, y bajar en la estación Universidades. Desde allí hay un acceso directo al Parque.
Museo el Castillo: Está abierto lunes a viernes de 9:00 a.m a 11:00 a.m y de 2:00 p.m a 5:00 p.m. Sábados a domingos de 10:00 a.m a 11:00 p.m y de 2:00 p.m a 4:00 p.m. El valor de la entrada es de U$D 4. Para saber cómo llegar, pueden consultar acá.
No se si ya viste la película Temple Grandin .. pero es muy parchada ! (Se relaciona un poquitín con la SalaMente en el Explora. 🙂 Buenos caminos pa’ vos !