Si elegir una mochila representa un desafío muy grande para cualquier viajero, comprar una carpa puede resultar aún más complicado. “¿Qué carpa me recomendás?” “¿En qué me tengo que fijar antes de elegir una carpa?” o, simplemente, “¿Cuál es la mejor carpa?” son algunas de la preguntas más frecuentes que recibo sobre este tema. Y aunque no hay una respuesta inequívoca, en este post voy a despejar algunas dudas y dar algunos consejos que conviene tener en cuenta antes de comprar una carpa.
¿Cuál es la mejor carpa para viajar de mochilero? (y de no-mochilero también)
La carpa es parte importante del equipaje: va a ser nuestra casa cuando estemos de viaje, nuestro refugio cuando el clima se ponga feo y el lugar donde vamos a dormir después de días que no siempre serán sencillos. Por eso y mucho más, comprar una carpa buena antes de salir a la ruta es una decisión clave. Sin embargo, no existe la carpa perfecta. O, mejor dicho, no existe una única carpa que se adapte a todos los gustos.
Elegir cuál es la mejor carpa va a depender del tipo de viaje que queramos hacer, del clima en donde vayamos a viajar, del peso que estemos dispuestos a cargar y del tipo de carpa que nos resulte más práctica para vivir. Por eso en ese post, voy a contar con la colaboración de otros viajeros, para que, al momento de comprar una carpa, puedan valerse de distintas experiencias.
Tipos de carpa que existen
Dejando de lado las carpas técnicas (que son las que se usan para alta montaña, por ejemplo), podemos dividir las carpas en 4 tipos: canadiense, estructurales, iglú y “túnel”.
Carpas canadienses
Las carpas canadienses son las carpas que todos hemos usado alguna vez, sobre todo si nos fuimos de campamento cuando éramos chicos. Son espaciosas, pero hace falta tomar un curso y varios diplomas para saber cómo armarla (me ha pasado de terminar y que me sobren varillas y nunca descubrir en dónde van). Quedan descartadas por dos motivos fundamentales: pesan una tonelada, y son muy poco resistentes a los cambios climáticos.
Carpas estructurales
Las carpas estructurales son esas divinas que uno ve cuando se va de camping a la costa y se llena de familias de esas que tienen todo super listo. Carpas como casas, con espacios llamados “living”, puertas, y que uno entra parado como si nada. Pueden ser una buena opción para quienes viajan en familia y en vehículo, pero no hay chances de que carguemos una de estas carpas en nuestra espalda. No way.
Carpas iglú
Las carpas iglú, como su nombre lo indica, son las semiesféricas y las que, personalmente, más me gustan a la hora de acampar. Tienen como desventaja el tamaño (lo máximo que se puede estar es sentado) y que quizá, dependiendo de los materiales, pueden no ser lo suficientemente resistentes al viento y la lluvia. Lo compensan con dos grandes pros: se arman en cualquier lado, y pesan muy poco.
Carpas túnel
Las carpas túnel, por último, son una subdivisión de las iglú, más petizas y más largas. Lo bueno es que resisten mucho mejor al viento, por su diseño aerodinámico, y que algunas tienen un espacio libre para guardar las mochilas. La desventaja es que necesitan clavarse sobre tierra para que la carpa tome forma. En lo personal, después de haber armado la carpa en lugares techados, con piso de cemento, esto podría ser un problema.
¿En qué hay que fijarse antes de comprar una carpa?
1. Tipo de uso que se le va a dar
Hay que ser sinceros con uno mismo. Antes de decidirse por una comprar una carpa, hay que pensar en qué circunstancias se la va a usar. No es lo mismo, por ejemplo, una carpa para viajar dos semanas al norte, que una carpa para viajar en auto o una carpa para irse en bici de Ushuaia hasta Alaska. El tipo de uso que vayamos a darle es clave, primero y principal, para establecer un presupuesto, y después para considerar el resto de los factores. Lo que sí puedo decirles es que: si piensan darle buen uso, no escatimen a la hora de comprar una carpa. Mejor gastar de entrada, y no andar renegando en el camino por productos de mala calidad.
«Hace poco me trajeron una que encargué para que me la compraran en el Decathlon, de esas que costaban 30 euros, con colchoneta y sleeping (sin marca), pero no fue tan buena idea. La puerta ni siquiera llegaba al suelo, por lo que pasé la noche en pánico porque si llovía, se entraba el agua por la malla de los mosquitos…. y suerte que no llovió al estrenarla, porque tampoco tiene pinta de ser muy impermeable que digamos, así que tendré que comprarle un plástico gigante de esos gruesos para evitar mala pasadas. Conclusión: a veces lo barato sale caro
Paula Carrilo, de Vieja que Viaja«
2. Tamaño – Peso
Aunque son dos variables diferentes, están muy relacionadas. Hay que hacerse a la idea de que cada gramo extra que pese la carpa, será un gramo de más en la espalda, que después de largas caminatas, créanme, se multiplica por mil.
Es normal que si uno no está acostumbrado a acampar, ver una carpa chica, armada, pueda dar señales de claustrofobia. Pero no hay que olvidar algo importante: la carpa será un lugar para dormir, no para pasarse el día. No necesitamos entrar parados ni tiene que haber espacio dentro para hacer una fiesta. Con que entren cómodos los que van a pasar la noche allí, está bien (atención, digo esto como novia de un viajero que mide 1,96 mts. Si son altos, asegúrense de que el largo de la carpa sea mayor que su altura).
«Mi carpa es lo más, así, simple, la AMO, la adoro, es mi vida y ha sido mi casa durante muchas noches, ha aguantado las tormentas del caribe, el viento patagónico y hasta una tormenta de arena.
La carpa en cuestión es una Vango Spirit que pesa 2,8 kg y es enorme, dentro de ella cabemos un tipo de 1,90m de largo, yo y nuestras dos mochilas de 14kg-60L (cada una), atención he dicho DENTRO. Lo mejor de todo es que tiene un porche que te permite poner las mochilas y no tenerlas encima tuyo para que tu espacio vital no se vea afectado, no he visto nada igual. El precio en carpa era de unos 150€, nosotros la conseguimos por 50€, lo dicho, todo un flechazo.
Valentina Correa, de Un poco de sur«
Personalmente, creo que comprar una carpa para dos es lo ideal, se viaje solo o en compañía. Más grande es más problema para cargar. Más chica, en caso de que se viaje solo, puede resultar muy útil pero también cerrar puertas a nuevos rumbos.
El peso ideal de una carpa desarmada (varillas, cubre techo y funda incluida) no debe superar los 2 kg. En cuanto al tamaño, tiene que ser práctica de cargar, y por ende, de atar a la mochila. Mientras más “bodoque”, mejor. Las carpas que desarmadas quedan finitas y largas tipo sombrilla son un problema de cargar.
3. Que sea fácil de armar
Es FUNDAMENTAL que puedan armar la carpa en menos de dos o tres minutos. Carpas con varillas complicadas o irreemplazables (de esas que uno nunca sabe dónde van) son un problema cuando hay que hacer las cosas rápido por mal tiempo o con poca luz. Tienen que poder armarla y desarmarla rápido, y sin ayuda. Tengan en cuenta eso antes de comprar una carpa.
4. Varillas
Las varillas son los parantes que sostienen y dan estructura a la carpa, por lo que son la parte fundamental (y lo que más rápido se rompe). Existen dos tipos de varillas en el mercado: las de fibra de vidrio y las de aluminio.
Las varillas de fibra de vidrio son las más económicas, y las que más abundan en el mercado. Aunque la ventaja es el precio, la desventaja es que las varillas de fibra de vidrio se quiebran muy fácil, sobre todo el climas de temperaturas muy bajas, tienden a desgastarse con el uso y el tiempo, y son difíciles (cuando no imposibles) de reparar. Lo bueno es que al ser baratas, en caso de que sean la única opción, se pueden llevar repuestos.
Las varillas de aluminio son más caras y un poco más pesadas, pero son más resistentes y flexibles. Si se piensa viajar en zonas de mucha amplitud térmica, viento, o si se espera darle un uso intensivo a la carpa, esta tiene que ser la opción.
5. Materiales de la carpa en general
Por lo general, cuando uno va comprar una carpa espera que le dura un par de años, o al menos un par de viajes. En esto, como en todo, lo barato sale caro, y lo peor que puede pasar no es que se arruine la carpa, sino que se nos termine arruinando el viaje por una tormenta en medio de la noche que la carpa no resistió… Por eso, es mejor invertir un poco más, y asegurarse de estar comprando algo de calidad. Acá algunos consejos a tener en cuenta:
No se recomienda comprar una carpa de supermercado. Pueden estar bien para pasar una quincena en la playa pero no para irse de viaje largo.
Mientras más plástica parezca la carpa, más bajo será su rendimiento. Para el ojo inexperto, puede no resultar sencillo darse cuenta qué tan buenos son los materiales, sobre todo cuando la oferta no es mucha y no hay con qué comparar, pero mejor recorrer y mirar varios modelos antes de decidirse.
Un buen indicador es el material con que está construido el piso: si es de un entretejido plástico, que parece bolsa de arpillera, entonces no. Este material no condensa la humedad, y aunque puede rendir bien en un primer viaje, es probable que después de un año de guardado, se pudra con la humedad ambiente.

Lo mejor es que toda la carpa esté hecha de tela, que las costuras se vean firmes, que haga el menor ruido a plástico posible, y que tenga cierres dobles.
Si las estacas son de plástico, ni lo consideren. Las estacas tienen que ser de metal, duras, y preferentemente más de las que la carpa necesita (porque se pierden siempre). En lo personal, prefiero las que son finitas, y no las que tienen forma de “lengua”, que a veces son más difíciles de clavar.
La carpa tiene que tener sí o sí algo de ventilación. Puede ser una ventana en el techo, o a los costados, pero es importante que la tela pueda “respirar”, para evitar que la carpa gotee cuando la humedad se condense por la diferencia de temperatura.
6. Cubre-techo
No importa lo que el vendedor o el fabricante digan: un buen cubre techo, que no venga incorporado a la carpa, es imprescindible. Sé de algunos modelos nuevos que traen una especie de alero para la lluvia, que queda divino pero no sirve para un cuerno cuando se larga una tormenta de verdad. El cubre techo tiene que ser un poco pesado, tiene que tener las costuras impermeabilizadas, tiene que quedar despegado del resto de la carpa y tiene que cubrir bien, para que sin importar de dónde venga el viento, ustedes no se mojen. No se arriesguen a comprar una carpa con todo integrado porque se van a arrepentir a la primera lluvia.
Qué carpa uso yo
Desde hace siete años, Juan y yo viajamos con una carpa de origen checo, que cayó a nuestras manos de regalo (de parte de alguien que también la había recibido así). No por descarte sino porque ninguno quería acampar. La verdad, fue el mejor obsequio para el viaje que alguien podría habernos hecho.
Es una carpa de la marca Rock Empire, modelo Alaska. Hicimos con ella todo el viaje por Sudamérica, me la llevé a Islandia, la usamos en Europa del Este y ahora la estamos aprovechando acá también en África. Sin lugar a dudas, le hemos dado un uso super intensivo, y jamás falló. En todo este tiempo sólo tuvimos que reforzarle la impermeabilización de las costuras, y cambiarle el cierre frontal (que por hacer fuego cerca de la carpa en una noche boliviana de mucho frío, se terminó achicharrando y ya nunca cerró como antes). Las estacas se las cambié porque las perdí. Si tienen la posibilidad de comprar una carpa como esta, no lo duden.
Lo que me gusta:
Que es muy transportable. Pesa poco menos de 2 kilos, y empacada se engancha perfectamente al tamaño de la mochila (de Juan).
Que se la re banca. Y cuando digo que se la re banca, no exagero. Hemos acampado en clima patagónico, con un viento de más de 50 km/h, y la carpa de dobló, pero resistió. He acampado en Islandia, con más de 24 hs de lluvias intermitentes y, bien tensada, no se mojó nada.

Que se puede armar en cualquier lado. Al no necesitar tensores, la carpa es una estructura firme en sí misma. No precisa estacas ni nada más que las varillas para sostenerse, lo que nos ha permitido armarla bajo techo, sobre piso de cemento o incluso en el trailer de un camión.
Que tiene algunos gadgets que son muy útiles, como una red en el techo para colgar una linterna, o bolsillos en los costados donde guardar cosas que sea necesario tener a mano.
Que entramos sentados los dos.
Que se arma super fácil, porque en lugar de pasar las varillas por “túneles de tela” (perdonen, no sé cómo más explicarlo), tiene unos ganchos de plástico que literalmente cuelgan la carpa de los tensores. Uno cruza las varillas, las engancha de las 4 esquinas de la carpa, y después la cuelga de la estructura. Muy fácil de hacer a las apuradas, y sin luz.
Que una sola persona puede armarla y desarmarla sin ayuda. Si van a comprar una carpa para un viaje en solitario, tengan esto en cuenta.

Lo que no me gusta:
Que es para dos personas y ya: no tiene lugar adentro para que metamos las mochilas. Lo que hacemos es dejarlas en un espacio mini que queda entre la carpa y el cubre techo, del lado de afuera. Con el cubre cerrado no se ven, pero cuando llueve mucho se humedecen.
Que no puedo guardarla yo sola en su bolsa de compresión, porque hace falta hacer fuerza.
Que cuando sopla mucho viento se mueve bastante. No corre riesgo de volarse, pero a veces terminás con la tela pegada un poco al cuerpo.
Comprar una carpa: lo que recomiendan otros viajeros
«Hace un año crucé en bici la Península Ibérica con una carpa barata (25€) de la marca Arpenaz. Como se adaptó tan bien al clima húmedo del norte de España y me resultó tan fácil de montar y desmontar, decidí llevármela también a recorrer América de norte a sur. Pesa 2.4 kilos y la razón por la que no la he cambiado por una carpa más ligera es por las buenas experiencias que he tenido con ella. Se ha adaptado a la lluvia (en Canadá aguantó un día entero de diluvio sin filtrar ni una gota), tiene espacio suficiente para una persona (aunque echo de menos un espacio cubierto en el exterior para no tener que poner las botas dentro de la carpa cuando llueve) y es de color verde. El detalle del color, para mí, es importante, pues a veces acampo en medio del bosque y, si no quiero ser vista por la policía ni por los coches, un color que se disimule entre los árboles es muy útil.»
Irene García, de Crónicas de una argonauta
«Debo reconocer que soy un viajero obsesionado con el tamaño y peso de la mochila. Para mi llevar una carpa es vital, pero no puedo soportar que me ocupe media mochila. Nosotros hasta ahora estábamos usando una Ferrino Lightent que son sólo 5 litros y un kilo de peso, aunque el precio es bastante alto.»
Ivan Gadea, de Apeadero«
«Durante la preparación del viaje por Asia, decidimos apostar por primera vez a la calidad a la hora de elegir una tienda frente al precio. Elegimos la marca Ferrino (modelo Sintesi 2)
ya que es compacta, muy ligera (1.5 kg) y el precio no es desorbitado en términos generales, podemos decir que fue fácil de transportar y montar pero el tamaño se nos hizo un poco reducido a la hora de guardar las mochilas. Te recomendamos que elijas un modelo más amplio, ya que el peso y el precio no van a variar demasiado y tendrás más espacio para dormir. La usamos en el sudeste asiático y en Omán, así que no sabemos qué tal responde con temperaturas bajas (¡pero le tenemos fe!).
Samanta, de En donde sea«
«Nuestro viaje por las tres Américas iba a ser en moto así que primero y principal buscábamos una carpa ligera, pero útil. Finalmente elegimos la carpa Quickhiker 2.
Lo bueno de ella: pequeña, compacta, ligera, cuenta con bastante espacio para dos y con varios bolsillo internos, el precio (100 euros)y el montaje rápido. Lo mejor: dos puertas laterales, una para cada ocupante y además con un pequeño espacio entre carpa y salida donde poner las botas, casco y ropa de moto sucia. Lo malo: no es del todo aislante, es decir, si hace frío necesitas un buen saco de dormir de invierno y crea un poco de condensación.
Amanda Cabot, de Viajeros en moto
«La carpa que usé en varios viajes es la Northland Bike 2. Como su nombre lo indica, es una carpa ideal para viajes en bicicleta, pero la encontré apta para viajes de mochila también. La describo brevemente: pesa unos 3 kgs y es tipo iglú. Precio: Hoy se consigue en Argentina alrededor USD160. Como pros, puedo decir que el sobretecho no lleva estacas, sino que se ajusta mediante un gancho de plástico (esto me resultó muy práctico), y que el precio es accesible. Como contra, cuando llueve tiene un efecto como de transpiración, por la diferencia térmica entre el interior y el exterior. No es que se empapa adentro, pero si se moja y no es práctico, especialmente porque obliga a guardarla húmeda. Por otra parte, los parantes son su gran falta: se empezaron a oxidar rápidamente y uno de los dos que trae se me rompió en la quinta vez que la armé.
Mariano Cadenau, El gran viaje«
«Hice varios viajes largos en carpa pero hubo una a la que amé más que a cualquiera: una carpa Montagne modelo Makalu. Cuando llovía no me llegaba ni una gota y secaba rapidísimo. Era para dos personas pero en su interior era muy amplio y tenía dos techos (uno delante y uno detrás) que nos servían de refugio contra el viento cuando queríamos cocinar. La tela era muy resistente, acampamos en todo tipo de terreno no muy aconsejable para carpas y siempre se la banco. Las contras: un poco pesadita, pero se puede solucionar repartiendo el peso entre dos. La marca en si no tiene buena fama, pero por este modelo pongo las manos en el fuego .
Eliana Barrionuevo, Dar vuelta al mundo«
Otras carpas «curiosas»
Por último, dedico este apartado a otras carpas que no entran en ninguna de las categorías anteriores, pero que por algún motivo son dignas de mencionar.
La carpa que se arma en sola (en 2 segundos, por Quechua)
Si se han cruzado con algún mochilero europeo seguro que la han visto. Porque una carpa que se arma «sola», revoléandola en el aire tipo boomerang, es algo muy tentador para ser cierto…pero al parecer lo es. Las carpas quechua que se arman en 2 segundos (que realmente se arman «solas») son una opción tentadora para quienes no quieran andar lidiando con varillas y estacas. Sin embargo, como toda opción demasiado buena, tiene su lado B.

El primer contra que le veo a esta carpa está a la vista: ¿Quién, en su sano juicio, va a querer cargar una carpa que desarmada tiene forma de plato volador? No importa qué tan liviana / pesada sea, desarmada es lo más impráctico del mundo. Aunque usted no lo crea, conocí un mochilero que estaba empecinado con cargar esta carpa, así que había encontrado el modo de amarrarla a la mochila. Les juro, era una tortuga ninja con rastas.
La segunda contra, suponiendo que ustedes tengan un auto o una bici o ganas de ser Michelangelo, es que, como bien se anuncia, la carpa se arma en 2 segundos….pero quién la desarma. Muchos me van a decir que no es tan complicado, pero yo tengo dos cosas que responder:
1) Si hay un tutorial de Youtube para desarmar esta carpa es porque no es tan fácil «que hasta un niño puede hacerlo». (Y no me veo mirando un tutorial en el medio del monte y a las puteadas).
2) Conozco una viajera española que se fue de camping un fin de semana junto a su hermana. Al momento de desarmar la carpa les costó tanto (parece que hay que hacer fuerza) que terminaron armándola arriba del techo del auto, y se vinieron en segunda todo el viaje, para que no se les volara la carpa. No es leyenda.
La carpa/hamaca todo incluido
Conocí una pareja de viajeros que andaban con una de esas cada uno, y reconozco que me alucinó. La carpa / hamaca ultraliviana (también llamada paracaídas) es una combinación muy buena, especialmente para viajar en climas tropicales. La ventaja que le veo es la comodidad, y que es super liviana, además de muy económica. Las desventajas, sin embargo, también están a la vista: no se puede meter el equipaje dentro, son para una persona, y hay que encontrar siempre donde colgarla. No es mi estilo de carpa, pero siendo que hay muchos viajeros que prefieren hamacas, esta me parece la opción perfecta en el medio.

La carpa voladora
Nadie en su sano juicio que haya visto la publicidad de estas carpas, me puede decir que no se murió de las ganas de probar. Las tentsile son un concepto totalmente innovador de carpas, que llaman por su estética y por el placer que a todos nos da dormir en el aire, más cerca de las estrellas (sobre todo si tenemos en cuenta que en la campaña de lanzamiento, mostraban fotos de la carpa montada a la altura de las jirafas…). Pero después de que se pasa la primera emoción, uno empieza a imaginarse en la vida real con una de esas carpas, y empiezan a surgir las dudas y las contras.
Primero y principal, estas carpas son bastante más caras que el promedio, por lo que hay que pensársela bien. Después está el tema del peso: desarmada, con ganchos y tensores, ronda los 8 kilos…un pibe, básicamente. Pero si superamos todo eso, hay que pensar no sólo en conseguir los árboles donde atarlas, sino en el factor altura: ¿quién se sube hasta allá arriba, cerca de las estrellas para tensar la carpa? Y la otra: si a mitad de la noche me dan ganas de salir a hacer pis, ¿cómo o quién me baja?

Reconozco que estoy escribiendo desde la curiosidad acampante, y que quizá haya una respuesta a todas mis dudas. Así que si en la sala hay un lector experimentado, lo invito a comentar, y prometo agregar/editar el post. De todas maneras, confieso que a pesar de todas estas dudas la foto con el atardecer me sigue tentando, y que si un día tengo oportunidad de probar una de estas carpas, no la voy a dejar pasar. Mientras tanto, sigo con mi Alaska que, como ya dije cientos de veces, se la re banca.
¿Y ustedes? ¿Qué carpa usan, cuál recomiendan, cuál no, y por qué? Comenten, que este es un post colaborativo.
Buenas rutas, buenas acampadas!
Hermosa nota ❤
Gracias por la info, muy útil! Estamos planeando viajar en familia (ella, yo, hijos de 5 y de 2)…
SOS una grosa mil gracias me sirvió mucho
Perdí el sobretecho de mi carpa, que es (o era) perfecta para mi. Que yo sepa no se venden sobretecho de repuesto, ¿si me lo armo yo con un plástico (no me importa que haga ruido) o tela impermeable?
Sí! Podés hacerlo tranquilamente y esas telas se venden. Tratá de coserlo con una aguja fina y de buscar la forma de sellar las costuras para que no te filtre por ahí. Sé que viene un producto que es una cinta especial para eso. No sé si se conseguirá acá en Argentina, pero capaz algo viene!