Como lo habíamos planeado salimos temprano hasta Playa del Carmen y de pasada vamos a hacer Chichén Itzá.
Llegamos y lo que veo no me gusta: grupos, grupos y más grupos de turistas. Este es el lugar más masivo que vi hasta ahora. Lo bueno es que tenemos un guía que evidentemente sabe de lo que está hablando. No hay tanto para ver como en otras, pero lo poco que hay impacta. Vemos la famosa pirámide, la cancha de pelota, lo jeroglíficos. Todo acá se ve desde atrás de una soga. Por un lado está bien, pero por otro lado me da pena porque me encantaría subir. Da la impresión de que todo fue construido ayer, y aunque me esfuerzo, me cuesta imaginar que este fue el hogar de antiguas civilizaciones, que acá vivió gente de carne y hueso como nosotros. Con las ruinas me pasa siempre eso: me parecen irreales. A pesar de las muchedumbres aprovecho el tiempo para pasear. No todos los días uno tiene la posibilidad de visitar lugares como este…
Dejar una respuesta