Lo recuerdo ahora que ya terminé mi viaje por Egipto, que miro las fotos y aunque estén desordenadas sé bien cuál es de cada templo. Cuando leía sobre Egipto, sus templos, su historia y las fotos de los jeroglíficos se me mezclaban con las pirámides y la lista era tan larga, tan interminable de ubicar junto al Nilo, que elegir qué visitar en cada lugar me parecía imposible. Está claro que recorrer absolutamente todas las ruinas no es cosa de un solo viaje (a menos que uno sea un fanático de la egiptología, lo que no es mi caso). “Ya voy a ver bien cuando esté allá”, me decía. Y aunque tenía razón (finalmente fue lo que hice), me hubiera gustado tener a mano una lista simple, con lo esencial de cada lugar. Por eso en este post decidí contar nuestro viaje a través de 5 templos de Luxor a Asuán que me parecieron imperdibles imperdibles. No son las únicas (que hay, ni que me gustaron), sino más bien una lista de las que, a mí parecer, hay que ver sí o sí.
El Valle de los Reyes (puntualmente la tumba de Ramsés VI)
Llegamos a Luxor de noche, después de un largo viaje en tren. Veníamos de hacer un recorrido bastante controversial por las zonas rurales del Nilo, y después de tantas complicaciones queríamos la vida resuelta. No es que estuviésemos vagos: estábamos muy cansados. Hay una parte de todo viaje a Egipto que suele quedar fuera de los relatos (yo misma opté por omitir ciertos detalles en los primeros post, porque cuando uno recién llega la emoción es tanta, que es inevitable enfocarse en la belleza, en esos detalles que hacen que Egipto sea un país maravilloso). Pero hay otra realidad que coexiste con todo lo mágico del lugar: Egipto es agotador. Y cuando digo agotador, quiero decir agobiante, atosigador, aplastante (aunque Juan se esfuerce por dejar de lado esa faceta). No se trata de la superpoblación que se despliega junto al Nilo, sino de la relación que los locales eligen tener con el turista, ya sea por cultura, por necesidad o por costumbre. Sea por lo que sea, la única manera de definirlo es “acoso”, del puro y duro. Uno sale a la calle en Cairo, en Luxor o en cualquier lugar, y una horda de hombres va a empezar a perseguirte intentando venderte algo. Taxi, excursión, botella de agua, papiro, bolsa de dátiles. Da igual. Cada quien con lo que tiene, y no me parecería mal si no fuera por un solo detalle: no entienden un “no”. Así, puede pasar que vayas caminando por la vereda y mientras un egipcio te persigue a pie cantándote al oído los precios de los paseos en felucca mientras vos le decís “no, thank you” en todos los tonos amables posibles, otro te persigue a la par desde su taxi, a paso de hombre, al grito de “taxi my friend”, mientras el vendedor de gaseosas al que te vas acercando inevitablemente por la vereda te estira su mano con una botella de Fanta y te grita en la cara “4 pounds! 4 pounds!”. Así todo el día, hasta que aprendés a decir “halass!”, que en árabe quiere decir “suficiente” pero se usa con el mismo sentido con que nosotros decimos “basta!”, y mientras más énfasis le ponés más rápido te los sacás de encima. Al menos por un rato. El caso es que, si estás viajando largo y tendido como nosotros, y no te sobra la plata para dejar contento a cada uno que se te acerca, y no estás dispuesto a pagar cualquier plata que te pidan porque sabés que ese no es el precio real, cada día se torna una batalla. Algo así como un The Walking Dead donde lo que tenés que proteger es tu paciencia y tus bolsillos, y en vez de sablazos en la cabeza vas por la calle gritando halass! y moviendo los brazos como espantando moscas. Gracioso, sí, pero enloquecedor.

El caso es que, volviendo al tema, habíamos llegado a Luxor agotados, y no teníamos ganas de pelearnos con medio Egipto para entender qué ver, ni cuál era la mejor manera de llegar, por lo que, aceptamos el mapa que nos ofrecieron en la Policía Turística, y nos sentamos junto al Nilo a intentar entender en dónde estábamos parados. Dicen que Luxor es el museo a cielo abierto más impactante del mundo. No me extraña. Caminar por la ciudad es enfrentarse a una competencia continua de estímulos, donde cada rincón de su centro antiguo pelea por una foto. No hace falta ir a los templos para empezar a sentir esa magnificencia de tiempos pasados: la opulencia está ahí, junto al Nilo, en las columnas del Templo de Luxor que se levantan como papiros emergentes, en los rostros de las esfinges que escoltaban los antiguos caminos. Luxor es linda en sí, y hay que caminarla un rato antes de partir hacia los templos, mirar sus caras desde el Nilo para entender mejor lo que esta ciudad fue, más allá de lo que es hoy en día.

Luxor, por empezar, se divide en dos: East Bank y West Bank. El primero, el lado este, es en donde se desarrolla casi toda la ciudad y donde está la estación de tren. El lado oeste es mucho más tranquilo, y es en donde están las tumbas de los faraones, que eran enterrados de este lado porque se creía que la caída del sol los iba a ayudar a pasar al otro mundo. Después de un día de reponer energías, decidimos que lo primero que queríamos ver era el Valle de los Reyes, así que nos tomamos el ferry público que cruza el Nilo, esquivamos a todos los moto taxis, y medio caminando medio a dedo llegamos hasta un lugar donde se venden algunas entradas. Y voy a hacer una aclaración muy importante en este punto: para visitar el West Bank no se puede andar con vueltas. Hay que saber bien de antemano qué es lo que se quiere visitar (y para eso hay que leer mucho).
En el West Bank están el Valle de los Reyes, Valle de las Reinas y Tumbas de los Nobles. Además, en todo el predio hay templos en memoria de diferentes faraones y personajes de la historia egipcia. No todo está cerca (de hecho hay varios kilómetros entre unas zonas y otras), y es imposible verlo todo en un mismo día. Además, las entradas son diferentes y en muchos casos están desglosadas. Si no tenés en claro qué querés ver, te puede pasar de llegar a la primera taquilla, encontrarte con un cartel como este (que no va a coincidir en lo más mínimo con lo que dice tu guía, porque la manera de deletrear los nombres es completamente diferente) y no saber qué hacer.
Para ser un destino de turismo mundial la señalización es bastante precaria, nadie te explica nada y el que te vende los boletos apenas habla inglés. Nos llevó un rato darnos cuenta de que estábamos en el lugar equivocado, de que para el Valle de los Reyes todavía faltaba un tramo. Así que volvimos a la ruta, extendimos el pulgar, y después de un rato finalmente llegamos.
El Valle de los Reyes impacta más por lo que esconde que por lo que muestra. El paisaje es soberbio, pero las maravillas están túneles adentro, roca adentro, en metros y metros de profundidad. Desde afuera, apenas son montañas y puertas como huecos a otra dimensión.
Las tumbas que están en el Valle de los Reyes son muchas, y es imposible verlas a todas: algunas están abiertas temporalmente, y van rotando con otras. De las 3 que visitamos, la que definitivamente nos dejó boquiabiertos fue la tumba de Ramsés VI. Una de las más profundas del Valle, hay que descender unos cuantos metros hasta llegar a la cámara funeraria. Por el tiempo que se toma en subir y bajar, uno podría pensar que la cuesta es empinada, pero el motivo es completamente diferente: el pasillo está tan ornamentado, tan exquisitamente conservado, que es imposible no distraerse y quedarse un buen rato mirando todo: techos, paredes, columnas. Todo está ahí intacto, explícito. No hay que imaginar nada porque las escenas del Libro de los Muertos son más que claras, y siguen allí con sus colores estridentes, ignorando el paso del tiempo.
En un techo, la diosa de la noche aparece representada tragándose al sol para parirlo nuevamente cada mañana, en el eterno ciclo de la vida. En otras paredes, las fuerzas oscuras intentan que Ra no llegue al amanecer. Hay barcas representadas, que con el vehículo al que el alma del Faraón debía alcanzar para pasar al más allá. Hay confesiones del muerto, instrucciones, presagios. Y uno tiene que debatirse entre admirar todo eso, sabiendo que los que se tiene en frente estaba dedicado exclusivamente a los dioses, o preguntarse si acaso estamos haciendo bien en ignorar esta santidad, si no seremos los turistas, acaso, profanadores en masa. Juan tiene la teoría de que, al fin y al cabo, los difuntos egipcios consiguieron su inmortalidad, que trascendieron hacia otra vida, que nuestra admiración y respeto es lo que hace que hayan alcanzado la perpetuidad. Creo que tiene sentido.
Info útil para visitar el Valle de los Reyes en Luxor:
Luxor es una ciudad que tiene mucho para ver, y amerita quedarse unos días. De los dos bancos del Río Nilo, el West Bank es definitivamente el más tranquilo, y donde están los hoteles más lindos. Nosotros nos quedamos en el Hotel Sherezade, que aunque no es un hostel, tiene precios bastante accesibles. Por 100 L.E. se puede tener una habitación doble con baño privado, en un ambiente precioso. El jardín es un oasis, literalmente. Al momento de escribir esto, la tasa de cambio era de 1 U$D = 7,8 L.E. El ferry público para cruzar el Nilo cuesta 1 L.E. Les van a decir que es sólo para gente local, que los turistas tienen que tomar una lancha por 5 EG. No es cierto. Si no les molesta esperar unos minutos, el ferry es mejor opción. La entrada al Valle de los Reyes cuesta 100 L.E. entrada general / 50 L.E. con carné de estudiante (sólo aceptan la ISIC) y vale para 3 tumbas nada más. Al principio me pareció injusto, pero después de la tercera ya no aguantaba más el calor, la falta de aire en las cámaras funerarias y la sed interminable, así que supongo que está bien. Lean antes de elegir cuál visitar, todas tienen cosas interesantes. Si tienen una guía en papel o digital, o si pueden contratar un guía ahí mismo, vale la pena. Hay muchos detalles que si no pasan desapercibidos. La tumba de Tutankamón y la de Ramsés VI, que es la que elegí en este recorrido, tienen un ticket aparte (pero cuentan como una de las 3 del ticket anterior). El precio es de 60 L.E. / 30 L.E. estudiantes. Como todos los tesoros de la de Tutankamón están en el Museo Egipcio, preferimos ver la de Ramsés VI y no nos arrepentimos. Vale mucho la pena. En teoría, no se pueden sacar fotos en el interior de las tumbas, pero si no hay mucha gente, ni bien los vean los cuidadores que hay en cada una les van a ofrecer hacer la vista gorda por unos pounds. Esto no es ningún secreto: mientras les den propinas, no pasa nada. Lo que sí: no saquen con flash (esto va como recomendación personal, porque es archisabido que se dañan las pinturas) y negocien el monto antes de sacar la foto. Vayan temprano, lleven agua, gafas de sol, sombrero y protector solar. En serio, el sol es muy muy fuerte.Si prefieren hacerlo en excursión, acá les dejo la opción:
Templo de Karnak
En la parte Este de la ciudad, se encuentra Karnak. Más que un templo, Karnak es un conjunto grandioso de columnas, esfinges, santuarios y obeliscos dedicados a los dioses y faraones de Tebas. Lo más impresionante de Karnak es su tamaño: todo está hecho a gran escala. El complejo en sí abarca 2 km2, es capaz de albergar 10 catedrales, y es considerado el templo religioso de columnas más grande del mundo. Antiguamente, Karnak estaba unido al Templo de Luxor por una Avenida de Esfinges. Todavía hoy se conserva un tramo de esta calle, pero resto fue removido para trazar el plano actual de la ciudad. Hay rumores de que el gobernador quiere restaurar esta calle, pero los egipcios se oponen por diferentes motivos. Igualmente, algunos hostales recomiendan aventurarse con un mapa antiguo e intentar llegar a Karnak a pie, siguiendo la antigua avenida. A nosotros no nos dio para tanto la imaginación, así que después de muchísimo negociar con un cochero, nos subimos a un hantour, y en menos de cinco minutos llegamos a Karnak.

No sé si hay palabras para describir la inmensidad ─o quizá sea que lo que hay que describir es la pequeñez que uno siente caminando frente a tamaña construcción─, pero es algo mágico. El complejo tiene varios templos que se pueden visitar, pero el lugar más impresionante, sin lugar a dudas, es la Sala Hipóstila, un espacio donde más de 100 columnas de 23 metros de altura de desparraman representado el área fértil donde, según la mitología egipcia, tuvo nacimiento el Río Nilo. La luz que se filtra según pasan la hora va cambiando el ambiente de este lugar, y lo vuelve mágico. Si uno va temprano ─especialmente ahora que Egipto está en baja de turismo─ es muy probable tener buena parte del templo a disposición, lo que lo vuelve aún más místico.
Info útil para visitar el Templo de Karnak:
Karnak está dentro de Luxor, y se puede llegar a pie, en buseta o en hantour, que es lo que está más a mano. Nosotros negociamos el precio en 20 L.E., que es lo normal. Asegúrense de dejar bien en claro si no quieren que los esté esperando a la salida. El precio de la entrada es de 80 L.E./40 L.E. estudiantes. Hay dos «salidas»: una es la «obligatoria», que es un pasillo lleno de vendedores listos para comerte el cerebro desaforadamente, y otra que es la misma que la entrada, donde podes huir en paz sin comprar nada que no quieras. Te van a decir que no se puede salir por ahí. Nosotros comprobamos que sí.Templo de Edfu
Yo no sé si a todos los viajeros les pasa, pero cuando estoy en ruta por tiempo indeterminado, sin fecha de retorno y sabiendo que todavía queda mucho tiempo de viaje por delante, suelo perder la perspectiva. No sé bien cómo ponerlo en palabras, pero básicamente diría que hay días en que me siento de viaje, y otros días en donde vivo mi vida normal, dónde sea que me encuentre la mañana. Días en que tengo ganas de dormir hasta más tarde, en que quiero estar en la compu sin apuros, en que quedarme mirando tele me resulta más tentador que escalar la montaña más cercana para ir a ver el atardecer. No es que sea desagradecida, es que aprendí a aceptar que no puedo estar pum para arriba todo el tiempo. Así estaba el día en que íbamos a ir al templo de Edfu. Entre el malestar estomacal que inevitablemente siempre me agarra cuando empiezo un viaje, el hartazgo que tenía de los egipcios acosadores y la insolación de los días atrás de templo en templo, una parte de mí se tiró a vaga y estuvo a punto de no ir al templo de Edfu. Suerte que Juan me insistió hasta ganarme, porque hubiese cometido una estupidez gigantesca: Edfu, paradójicamente, es el templo que más me gustó.
Maravilloso en el total sentido de la palabra. Llegué a las puertas de Edfu y lo primero que llamó mi atención fue la perfección de unos jeroglíficos grabados en unas piedras. Entonces levanté la vista, y me quedé sin imaginación: ahí, delante de mí, vivas en las piedras, las imágenes grabadas de Ptolomeo XII en pleno movimiento, entre el Dios Horus y otras figuras de tamaño monumental. Si hasta ahora el Antiguo Egipto venía haciéndome sentir chiquita, llenándome de preguntas sin respuesta, el Templo de Edfu, aún sin haber entrado, estaba revalidando aún más todas esas emociones.
Increíblemente, Edfu permaneció enterrado bajo 12 metros de arena que fueron depositándose sobre el templo a lo largo de los siglos. La gente local, incluso, había comenzado a construir sus casas sobre el área del templo, hasta que en 1860 una expedición francesa localizó las columnas y comenzó la excavación. Hoy los egiptólogos afirman que son muchas las razones por las que el Templo del Edfu es de vital importancia para el estudio de la historia. Para mí, una viajera sin tanta afición a la historia, Edfu cala hondo porque está casi intacto ─tiene incluso el techo, y es considerado el mejor conservado de Egipto─ y emana esa magnificencia que las otras ruinas permiten suponer. Una vez dentro, además, los grabados en columnas y paredes son completamente distintos, y vale la pena detenerse a escudriñar uno por uno: en Edfu se guardan testimonios no sólo de rituales sino recetas de perfumes y esencias.
Info útil para visitar el Templo de Edfu:
La entrada vale 60 L.E. / 30 L.E. para estudiantes. Un guía vale la pena. Los detalles dentro con tantos, que se le saca buen provecho si uno va con alguien que conoce. Una linterna es más que aconsejable: aunque el interior del templo está iluminado, la luz es muy tenue, y los jeroglíficos de más arriba no se alcanzan a ver bien.Templo de Komombo
Voy a ser honesta: el de Komombo no me impactó a primera vista y no lo agregaría a esta selección si no fuese por tres detalles que me parecieron únicos. Sí, es verdad que Komombo es único por ser un templo doble: todo está diseñado en perfecta simetría, para dos dioses diferentes. La parte sur está dedicada al Sobek, el dios cocodrilo, creador del Nilo. La parte norte, pertenece a Horus, el dios halcón, creador de la civilización egipcia.
Komombo es un templo que está al lado del Nilo, y no hay que caminar más de un par de metros de la costa para acceder a la entrada. En sí, el lugar es hermoso como todas las otras ruinas egipcias, pero a mí me llamaron la atención tres cosas:
- Es el único templo donde está representada Cleopatra. Los guías dicen que no era tan hermosa como la describe la historia, y muchos coinciden en que de hecho, fue personaje nefasto dentro la historia, pero lo que ninguno puede negar es que Cleopatra trascendió su tiempo y su imagen terminó siendo, muchas veces, sinónimo de toda una civilización. Además de la curiosidad de ver a la faraona, es interesante ver la influencia griega en las representaciones de las figuras, el erotismo y la femineidad. (Bueno sí, me pude un poco nerd con ese comentario, pero cuando uno ya pasó por varios templos + guías + Museo Egipcio termina por apreciar estas cosas).
- Hay toda una sección dedicada a los estudios médicos. Es muy curioso encontrar jeroglíficos de instrumentos quirúrgicos, pero ahí están.
- Hay referencias específicas al tratamiento de la infertilidad (o al menos esa fue la versión de nuestro guía). Lo cierto es que se ven dos falos claramente representados, uno con 4 gotas de semen (enfermo) y otro con ocho (ya curado).
Info útil para visitar el Templo de Komombo:
La entrada a Komombo cuesta 50 L.E. / 25 L.E. para estudiantes. Con el mismo ticket pueden visitar el Museo del Cocodrilo, una sala donde se exhiben decenas de animales momificados encontrados en los alrededores del templo, en honor al Dios Sobek.Templo de Abu Simbel
No se me ocurre mejor manera de terminar un viaje por Egipto que visitando el Templo de Abu Simbel. Si uno viene viajando de norte a sur, Abu Simbel será la última estampa de un país cuya imagen continúa siendo dominada por su historia, a pesar de la poca relación que los habitantes de Egipto tienen con los antiguos habitantes de su tierra. Abu Simbel es una imagen perfecta y grandilocuente: cuatro Ramsés de más de 30 metros, sentados en expresión serena, mirando al horizonte con total tranquilidad. El templo, que es uno de los más visitados de Egipto y a su vez de los más grandes, fue descubierto en 1813 luego de que el tiempo y el desierto lo dejaran cubierto de arena.
Pero si de ya de por sí la estampa de Abu Simbel es suprema, la experiencia es doblemente maravillosa si se tiene en cuenta que este no es el lugar original donde se encontraba el templo. Por increíble que parezca, lo cierto es que las montañas que albergaban Abu Simbel quedaron bajo agua con la construcción de la represa del Lago Nasser. Para evitar entonces que la maravilla de Abu Simbel se perdiera para siempre, entre 1960 y 1980 UNESCO financió una misión internacional de arqueólogos, ingenieros y operarios que cortaron el templo en más de 2000 bloques de piedra ─de entre 10 y 40 toneladas cada uno─, lo trasladaron y reconstruyeron en el lugar en el que se encuentra actualmente. Detalles como la dirección exacta a la que miraban las estatuas o el entorno montañoso en donde se encontraba fueron reproducidos a la perfección. Si dice que el objetivo original de la construcción de Abu Simbel era dejar en claro la importancia y el poder de Ramsés, funcionando como centinela de cualquier invasor que quisiera acercarse desde el sur. Para nosotros, que nos dirigimos en dirección opuesta, Abu Simbel fue como una despedida que se va perdiendo en el horizonte, un centinela, sí, pero de nuestros pasos futuros. Una manera preciosa de decir “Adiós, Egipto. Nos vemos algún día”.
Info útil para visitar el Templo de Abu Simbel:
Cómo llegar a Abu Simbel:
Si bien este templo no está en Asuán mismo, esta última ciudad de Egipto es la que se usa como base para visitarlo. Para llegar a Abu Simbel hay varias opciones, y está bueno tenerlas a mano para no caer en la mentira de todos los agentes de viaje, que te dicen que si no vas con un tour no podés ir. Sí es cierto que la ruta está muy controlada por la policía, y por ende es impensado hacer autoestop. Dicho esto, las opciones son básicamente las siguientes:
- El famoso tour: Se puede contratar en Asuán directamente. Salen a la madrugada, van supuestamente con acompañamiento militar (no siempre se cumple) y regresan por la tarde. El precio incluye guía, no las entradas. El valor depende de la cantidad de gente anotada en el tour (o la cantidad de viajeros que sean ustedes) y del delirio astronómico del que lo esté ofreciendo. A nosotros nos pidieron 140 euros por persona, como “una ganga”. Obviamente no pagamos.
- Transporte público: los guías van a decirles que es imposible, pero nosotros lo hicimos sin problemas (bueno, sin tanto problema). Hay dos micros grandes desde Asuán: uno sale a las 8 de la mañana y otro a las 5 de la tarde. En teoría sólo permiten 4 extranjeros por bus, por lo que se recomienda comprar los billetes con anticipación. Pueden comprar ida y vuelta si quieren ver las ruinas en el día (averigüen los horarios de vuelta, no son muy claros, pero hay). Como nosotros seguíamos viaje para Sudán, nos tomamos el de las 5 de la tarde, dormimos en Abu Simbel y fuimos a ver el templo a las 7 de la mañana (lo que es ideal porque no hay nadie). El precio del pasaje es de 40 L.E.
- Busetas: si uno va a la terminal de Asuán va a encontrar con que hay busetas a cada hora, y el precio es de 30 L.E. El problema es que estas busetas en teoría no aceptan extranjeros y depende de la voluntad del chofer y del encargado de la terminal subirte o no. El precio varía entre 40 L.E. y 75 L.E. dependiendo cuál sea el policía que en el control vaya a pedir la coima. Nosotros no tuvimos suerte (la explicación fue que había un policía nuevo y nadie se quería a arriesgar) así que tuvimos que esperar hasta las 5 de la tarde. Pero sé de otros viajeros que lo hicieron.
Hola Laura,
Gracias por comparti todas tus experiencias, siempre es lindo leer tus anecdotas y son de mucha ayuda para organizar un viaje!
Queria hacerte una pregunta sobre tu experiencia para viajar de Luxor a Aswan, ¿Vale la pena el viaje en el crucero por el Nilo? Estoy planenado mi viaje y estoy evaluando la opcion de tomar el crucero,
Muchas gracias, espero seguir leyendo tus articulos.
Saludos
Hola Ignacio! A mí me pareció una experiencia distinta y sí, lo volvería a hacer. El paisaje es diferente al que se ve desde la costa y es una linda combinación para hacer junto con el tren, y así tener las dos experiencias.
Hola Laura. Realmente disfrute leyendo tus comentarios. Estoy organizando un viaje con mi hijo en unos meses y realmente tengo muchisimas dudas. Las distancias que deberiamos recorrer para poder apreciar lo mas importante en 8 dias. Nos gusta viajar por nuestra cuenta pero no se si Egipto nos permita movernos asi. Considerando que no manejamos el idioma. Gracias.
Hola Laura!
Una pregunta como llegaste de Luxor a Asuan? he leido que solo hay tren y vale 100 USD por cada tramo, los vuelos ni hablar y el crucero es caro
Hola, fuimos en bus, porque no se podía ir a dedo. No recuerdo el precio exacto pero sí te puedo asegurar que no pagué ni un cuarto de ese precio, no estaba en mis posibilidades!
Laura, no me quedó claro tú viaje, como llegaste de Luxor a Edfu?, luego de Edfu a Kom Ombo ? Y te devolviste a Luxor? para luego volver a bajar a Asuán? o de Kom Ombo bajaste a Asuan y en que? por tierra? en barco?.
Gracias por pronta respuesta.
Hola Cristina,
Lo hice con un crucero. Desde Luxor hasta Aswan. Esos templos se ven en el camino, en las paradas que hace el crucero.
Hola Laura, el crucero que hiciste tenia incluidas las entradas, traslados y guias a los templos donde iba parando ? mi duda es si se puede solo contratar el crucero pero sin guia ni nada de eso y poder estar el tiempo que quiero en cada lugar o si hay que llevar todo contratado con el crucero?
que te parece que conviene hacer?
Muchas gracias y saludos!
Hola Lucas,
Las entradas no y los traslados tampoco, pero sí había un guía. «Todo el tiempo que queranos» no, porque el barco se va con o sin los pasajeros, a determinado horario. Así que podés ir sin guía ni excursión, pero tenés que volver sí o sí a la hora que te dicen.
Y que cuesta ese crucero? Gracias!!
Hola Laura, gracias por compartir tu experiencia. Que bien que haya personas que te alerten sobre esta situación. Te agradezco de antemano. Quisiera saber si es que hiciste tu viaje recientemente, es decir, cercando a el día de hoy 27 de octubre de 2019, podríamos viajar desde Aswan hasta Abu Simbel y como? Veo difícil tomar el transporte público, a mi hijo no le gusta lidiar con estos temas. Rentar coche serìa opción? o bien, no habrá un ferry o algo así?
O coche con chofer que quizás se extremadamente caro? y tampoco muy seguro? Espero tus comentarios y gracias nuevamente. Felicidades por tu extraordinario viaje.
Hola Esther,
Si no lo hacen con transporte público lo pueden hacer con un tour (que es lo más cómodo y seguro). Acá te paso dos opciones, saliendo desde Asuán https://www.civitatis.com/es/asuan/excursion-abu-simbel/?aid=4720 y una más completa, de 2 días https://www.civitatis.com/es/asuan/tour-abu-simbel-2-dias/?aid=4720. Que tengan buen viaje!
hola Laura, estoy planificando mi viaje a Egipto para abril 2020…Lei atentamente toda tu experiencia,, magnífica..!!- vi los precios por cada excursión a los distintos Templos..
Pregunto… esas guias y excursiones , las tomabas desde el hotel, o las contrataste antes del viaje…??. fueron con las mismas personas? para tener asegurada la compañía…
al bajar del crucero , están los guias ofreciendo el servicio.. individual o grupal…
agradezco tu orientación… en la ciudad del Caairo , ya tengo el guia contratado, pero no llega a Luxor..
espero tu grata respuesta.
graciela
Hola Graciela,
Hice todo en el lugar, no llevé nada contratado desde acá.