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Sabores de San Juan: 5 platos típicos de Puerto Rico

Sabíamos que el nuestro sería un viaje corto. Cinco días no son nunca suficientes, mucho menos cuando lo que se tiene delante es una isla tan rica, tan vasta, como Puerto Rico. Por eso, a pesar de que el itinerario venía dado a los saltos y de que nos cuesta mucho acomodarnos al ritmo de ciertas maneras de viajar, hicimos una lista antes de partir, de todas las cosas que queríamos ver. Además de las murallas, de las playas y del centro histórico, nos pusimos a buscar qué podíamos ver extra durante nuestra estadía. “Yo quiero comer”, le dije a Juan.

Sabíamos que el nuestro sería un viaje corto. Cinco días no son nunca suficientes, mucho menos cuando lo que se tiene delante es una isla tan rica, tan vasta, como Puerto Rico. Por eso, a pesar de que el itinerario venía dado a los saltos y de que nos cuesta mucho acomodarnos al ritmo de ciertas maneras de viajar, hicimos una lista antes de partir, de todas las cosas que queríamos ver. Además de las murallas, de las playas y del centro histórico, nos pusimos a buscar qué podíamos ver extra durante nuestra estadía. “Yo quiero comer”, le dije a Juan. Era sabido que no nos íbamos a morir de hambre, pero yo me refería más bien a otra cosa: quería probar comidas típicas, sentir Puerto Rico, aunque fuera por muy poquito tiempo, no sólo con los pies y con los ojos, sino también con el paladar.

*Este post forma parte del blogtrip organizado por la cadena de hoteles Intercontinenal Hotels Group para promocionar sus Escapes Fantásticos. Como siempre, las opiniones expresadas en este texto corren por cuenta mía. 🙂

gatronomía de puerto rico

No fue sencillo: la comida callejera no se encuentra fácilmente en el centro histórico. Sin embargo, existen pequeños comedores muy accesibles donde es posible degustar algunos platos típicos de Puerto Rico. (El orden de aparición es de las que “menos” me gustaron hasta las que me hicieron morir de gusto).

1- Alcapurrias:

Son la fritura por excelencia de Puerto Rico. La masa se hace con plátano verde y con guineo verde, rallados. (El guineo es una especie de banana más pequeña. Aunque muchos argentinos lo desconozcan, el plátano verde no es una banana que no terminó de madurar, sino otra especie que no se puede comer cruda). Con la masa se hacen unos cilindros, se rellenan con un picadillo de carne sazonado, y luego se fríen. Personalmente me caen un poco pesadas (sobre todo si no están recién hechas), pero me gustan porque son un snak barato y siempre a mano.

2- Mofongo:

Definitivamente es el plato que más se ofrece como “comida típica de Puerto Rico”. También elaborado a base de plátano verde, el mofongo es más bien una especie de guiso. Se prepara friendo el plátano y, a fuerza de mortero y de brazos consistentes, haciendo un puré en un mortero. A esa masa se le agrega ajo y manteca, luego se arma una especie de volcán y se rellena con pollo, mariscos o carne. En muchos lugares lo sirven con caldo o con una salsa ligera. Es una bomba nuclear ideal para el inverno…de esos que acá a Puerto Rico no llegan jamás. Si se animan a probar uno, les aconsejo compartirlo.

La curiosidad de este plato, está en el origen. Aclaro antes de seguir, que está en segundo lugar no porque su sabor no me haya gustado sino porque tardé horas en recuperarme del patadón al estómago. Pero en fin, creo que de todo lo que probé, el mofongo es lo que más se relaciona con las raíces históricas del país, y eso es algo esencial en un plato que se precie de ser tradicional. En términos lingüísticos, la palabra mofongo deriva del término angoleño “mufuengue-mufuengue” que significa “cantidad grande” y de la palabra “mufuongo” que quiere decir aplastar. Tuve la posibilidad de preparar mi propio mofongo, y tuve en mente esta historia todo el tiempo: ¡ya no somos mujeres de mortero!

Sin embargo, aunque el mofongo sea propio de Puerto Rico, existen platos muy similares en países como República Dominicana y Cuba, también puertos receptores de esclavos africanos. Según los estudios, el plátano verde era la base alimenticia de los esclavos durante el viaje hacia América. El primer nombre que se le dio a la preparación fue “Fufú” (nombre con que hoy se lo sigue conociendo en cuba). El mismo se debe a, según los historiadores, cuando los esclavistas ingleses alimentaban a los esclavos, pasaban al grito de “Food! Food!”.

3- Flan de coco:

No tengo mucho que decir sobre este plato más que: ¡qué delicia! Me encantan los flanes, me encantan los postres, pero este es una locura. Aunque las recetas tienen sus variaciones, el ingrediente principal es la leche de coco y la leche condensada, que le de una textura cremosa y el punto justo de dulzura. Es liviano, suave y adictivo. Podría comerme la flanera entera sin dudar.

4- Piña colada:

Es raro que yo hable de un trago porque tomo muy, pero muy poco alcohol. Sin embargo, no pude resistir a la tentación de probar un vaso de esa bebida tan popular en el mismo bar donde fue inventada. En el corazón del centro histórico, Barrachina rinde homenaje a Ramón Portas Mingot, el barman que inventó la piña colada, El cóctel compuesto de jugo de piña, crema de coco y ron. Para los curiosos: en el bar ofrecen una pequeña degustación gratuita de piña colada sin alcohol.

piña colada puerto rico

5- Buñuelos de bacalao con barriguitas de vieja:

Definitivamente, mi plato preferido. Aunque no soy muy amante del pescado, soy una ferviente consumidora de calabaza, por lo que compensa. Por un lado, tenemos unas frituras pequeñas de uno de los pescados más consumidos de la isla. Por otro, unas croquetas dulces y muy suaves de calabaza, cubiertas con un toque de vainilla.
Tanto me gustó, que acá les dejo la receta, por si alguien se anima:

1/2 kg de calabaza pelada
1/2 taza de harina
1 huevo batido
1 cucharadita extracto de vainilla
1/2 cucharadita de canela
4 cucharadas de azúcar morena
1 pizca de sal
 aceite

Hervir la calabaza en agua con sal. Una vez lista, se deja escurrir en un colador grande por 30 minutos. La idea es sacarle toda el agua posible. Una vez lista, hacer un puré.

En un recipiente aparte mezclar bien la harina, la pizca de sal, la canela y el azúcar. Luego añadir la calabaza, el huevo y la vainilla, y mezclar hasta que quede una masa espesa. Si es necesario, se puede añadir un poco de harina para que la masa quede más consistente.

Poner a calentar el aceite y, una vez listo, hacer bolitas con una cuchara y poner a freír. Tienen que quedar crujientes por fuera y tiernas por dentro. Se pueden servir con un poco de vainilla o canela espolvoreada.

Eso sí: si la hacen, el menos me mandan fotos!

Laura Lazzarino

Soy Laura y desde 2008 vivo con mi mochila a cuestas, con un único objetivo: viajar para contarlo. Este blog es el resultado de mis aventuras a lo largo de +70 países. ¡Bienvenido a bordo!

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