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Qué ver y qué hacer en Georgetown

Amanece en la capital de Guyana. Yo aún estoy en la cama, pero puedo sentirlo: el sol se filtra por la rendija de las ventanas de madera, y el vecino ha puesto su música hindú tan alto como lo permite su celular. Todavía no me creo que estoy en Sudamérica. Hoy nos toca pasear. Salir a caminar y perdernos, hasta volvernos a encontrar.

Supongo que antes de escribir sobre Gerogetown, debería contar cómo hacer para llegar. No es fácil. No hay muchas conexiones, ni buenas rutas, y mucho menos información actualizada. Pero según nuestra experiencia, hay tres maneras de llegar:

1- Por avión (una opción completamente inviable para los viajeros que vienen por Sudamérica). Hay aeropuerto, pero no hay vuelos directos desde los países latinos. Lo más cerca es volar desde Surinam, pero honestamente, no tiene mucho sentido.

2- Por carretera desde Surinam. En este caso, lo que hay que hacer es llegar hasta Macapá, en Brasil. Desde allí se puede acceder a Guyana Francesa, y siguiendo esa única ruta costera se llega a Georgetown, atravesando las otras dos guyanas.

3-  Por “carretera” desde Boa Vista, Brasil. Lo pongo entre comillas porque la ruta es más bien una ilusión. Desde la frontera Bomfin – Lethem, son casi 500 km. hasta la capital, de los cuales 400 son de tierra. O de barro. El camino es una colección de pozos – lagunas, no apto para vehículos bajos. Nosotros lo hicimos a dedo en un camión Bedford, y tardamos dos días. Es duro, pero vale la pena.

(Para ver una guía completa sobre cómo viajar a las Guyanas, hace clic acá )

Ahora sí, Georgetown. Al igual que cuando visitamos Asunción del Paraguay, la primer sensación que me asalta es la de que no estamos en una ciudad capital. Hay un cierto movimiento, pero nada exacerbado: no hay bocinazos ensordecedores, ni embotellamientos, ni oficinistas correteando por doquier. Y la diagramación escapa un poco al plano de ajedrez, lo que hace que cueste un poquito más orientarse. Aún así, el clima que se respira en la calle, invita.  Nos metemos por algunas callecitas, chusmeamos vidrieras. La moda hindú está al día.

A diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en los países vecinos, en Guyana predominan las edificaciones de madera. Muy prolijas algunas, siempre pintadas de blanco y rodeadas de flores, le dan un aire distinto a la ciudad. Acá, una lista de las mejores cosas que ver y que hacer en Georgetown:

Catedral Anglicana de St. George

El primer edificio que visitamos es la Catedral Anglicana de St. George, de 1888. Sus 44 m de altura, completamente construida en madera, sorprenden. Adentro es como cualquier otra iglesia (perdón, no soy lo que se dice fanática de describir altares, púlpitos y demás), sólo por un pequeño detalle: sobre el altar hay un candelabro donado por la Reina Victoria. Dato curioso.

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Mercado de Stabroek

Un par de cuadras más adelante, nos topamos con el Mercado de Stabroek, que parece estar vivo, como todo mercado. Su construcción en hierro, así como la torre que domina el sitio, es una de las más antiguas de la ciudad (1880), y otro vestigio de la era victoriana en la colonia.

Mercado Stabroek

Mercado Georgetown

Georgetown

Centro histórico de Georgetown

Muy cerca de allí, por High St. se despliegan una serie de edificios coloniales. Aunque no siempre es posible visitar el interior (que suele estar ocupado por oficinas y mucha burocracia), vale la pena una caminata: la arquitectura destierra a la noción de “colonial” que todo latinoamericano alberga en su inconsciente.

centro-historico-Georgwtown

 capital Guyana

trenes Guyana

La lista de puntos de interés enumera: el jardín botánico, el zoológico, el Museo Nacional. Yo propongo una lista no oficial de cosas que hacer en este pequeño pero interesante país:

 Entrar a un supermercado:  Está bien, esto no es nada nuevo. Soy una fanática de los supermercados. Creo que uno puede aprender algunas cosas sobre las costumbres locales de una comunidad. Lo interesante de Guyana, es que en cualquier comercio, uno puede encontrar todo tipo de productos de la India, a un precio módico, y en gran variedad. Amantes del curry y del masala –Juan entre ellos – bienvenidos.

 Entrar a un mandir: Los mandires son templos hindúes, y en este país los hay de montones. Para quienes no tengan experiencia, cada templo está dedicado a un dios en particular (el hinduismo es una religión politeísta), pero en su interior se pueden encontrar muchas estatuas representativas de otras deidades. La regla para entrar a un mandir, es sacarse los zapatos, en primer lugar. Encontramos que en Guyana la gente era muy predispuesta a recibir extranjeros en sus ceremonias, instruirlos en los principios básicos de la religión y compartir sus prácticas. A mí me encantó. Nos regalaron un pequeño librito con los cánticos en hindú, la transliteración y el significado en inglés. Las celebraciones son los jueves y los domingos.

religion-Guyana

 Comer en la calle: Esto tampoco es nada nuevo, pero aún hoy encuentro viajeros reticentes a usar sus dedos y las veredas en lugar de cubiertos y restaurants. La comida callejera en Guyana es muy, pero muy barata, y muy, pero muy hindú, lo que se traduce es muy picante y muy sabrosa. Por apenas menos U$D 0,50 uno puede comerse una de estas bolsas llenas de bolitas de papa, con una salsa de curry imposible de imitar.

comida guyana

Y algunos datos más, para los que necesitan el último empujón. El turismo en el país no está muy desarrollado. Lo que se refiere a atractivos naturales, como las Cataratas Kaiateur, o las playas de anidamiento de tortugas están en manos de agentes de viajes ingleses, que ofrecen todo de buena calidad a un precio exorbitante. Pero eso no quiere decir que sea un país no apto para mochileros. Se pueden hacer muchas cosas por cuenta propia y el ambiente es relativamente seguro (el dedo también, sin problema). La gente es muy, pero muy amable, y muy curiosa, porque casi no hay turismo. En mi opinión, lo más interesante del país es la gente, la cultura y la historia. Usen couchsurfing, hablen con la gente, tomen transportes locales. La buena nueva es que los argentinos ya no necesitamos visa, y muchos latinoamericanos tampoco (chequeen directamente en la embajada en Caracas o en Surinam, la web está desactualizada). Anímense, vale la pena.

Laura Lazzarino

Soy Laura y desde 2008 vivo con mi mochila a cuestas, con un único objetivo: viajar para contarlo. Este blog es el resultado de mis aventuras a lo largo de +70 países. ¡Bienvenido a bordo!

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