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Yo no soy marinero + las playas de Roatán

Después de la decepción que nos llevamos en Utila, decidimos navegar hasta Roatán.

Nos levantamos a la hora indicada y vamos hasta el muelle. Vern, el capitán, nos dice que solo somos nosotros 2, y que si queremos irnos nos lleva, pero que el mar va a estar bravo. Estamos tan desesperados por irnos de Utila que aceptamos igual.

La 1er hora: Lau feliz, increíble navegar con tormenta, olas de mas de 3 metros que parecen que nos van a comer. Estoy viva, estoy feliz…qué experiencia…pienso en mi papá, amaría esto. Sí, me encanta la aventura, me encanta vivir, me encanta sentir. Viento en mi cara…esto es único.

Las 3 hs restantes: Lau vomita todo lo que no tiene, porque no comió nada: agua, hígado, corazón. tripas. Duele la panza de hacer fuerza, qué nauseas, se mueve todo. Vomita, llora, caen mocos, ve borroso. Joao se preocupa, su cara me preocupa. No puedo ni abrir los ojos. Me quedo hecha un bollo hasta que llegamos.

Vern se porta de maravillas con nosotros. Nos ayuda a bajar carga nuestros bolsos, nos sube a un taxi. No tengo fuerzas para andar de ronda a ver que lugar es mas conveniente, así que vamos al que tenemos marcado en la guía y como esta bastante bien, nos quedamos. Tenemos una cabaña bastante grande dividida en 2: 2 cuartos, cocinita y baño enorme compartido. Tenemos también una terraza en común. El resto del día intento dormir, aunque cada vez que cierro los ojos todo me da vueltas.

Ahora ya se que no nací para marinero. Tengo un mareo que no se pasa con los días y si de algo estoy segura es que no quiero volver a navegar en un largo tiempo.

Afortunadamente, un día después descubro que el sacrificio valió la pena. Las playas de Roatán son preciosas, especialmente las de West Bay.

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Laura Lazzarino

Soy Laura y desde 2008 vivo con mi mochila a cuestas, con un único objetivo: viajar para contarlo. Este blog es el resultado de mis aventuras a lo largo de +70 países. ¡Bienvenido a bordo!

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