Hay dos cosas en las que pienso cada vez que alguien me habla de tecnología para los viajes, o de gadgets útiles para un viaje largo, o de aparatos electrónicos. Primero, en mí misma allá por 2009, cuando enmis primeros viajes me mofaba (un poco con desaire, otro poco de indignación) de esos viajeros que llevaban consigo una laptop. Me parecía ridículo y hasta insultante cargar en la mochila un elemento al que yo relacionaba pura y exclusivamente con la oficina. Los veía ahí, desesperados por el wifi del hostel en una época en que la internet tenía más que ver con cibercafés y locutorios que con aparatos inalámbricos, y no entendía qué estaban haciendo. En mi ideal de libertad ─que de eso se trataban los viajes─ no había lugar para el trabajo de oficina. La segunda cosa en la que pienso es en esa utopía inalcanzable de viajar liviano. Los famosos 4 kilos de equipaje, los bolsos de mano, los que viajan con dos pares de medias y una remera para ponerse mientras se seca la otra.

Yo, que no puedo nunca viajar con menos de 10 kilos repartidos, que pasé de ser la que mira con desdén a la que prueba el wifi antes de pedir un café, me puse a escudriñar un poco en el tema de mi equipaje. Tengo post enteros dedicados a elegir mochilas, a buscar carpas buenas, pero nunca me senté a escribir cómo armar la mochila, ni qué llevo dentro de ella. Lo cierto es que, a diferencia de mis primeros viajes, hoy en día viajar es mi forma de vida y por mucho esfuerzo que haga por llevar sólo lo indispensable, hay ciertas cosas de las que no puedo prescindir. En este post decidí hacer tres listas: la de aquellos gadgets útiles para un viaje largo (que son los que llevo en mi mochila), la de los gadgets que no tengo pero me gustaría tener y la de los gadgets que no usaría pero considero convenientes. Una mezcla de artefactos electrónicos, accesorios y “cosas que está bueno tener cuando uno se va de viaje largo”, desde relojes especializados hasta cargadores biodegradables. ─Porque el tiempo pasa, uno evoluciona, y se inventan cada vez más cosas para solucionar problemas simples─.

Gadgets útiles para un viaje largo (los que llevo en mi mochila)
1. Adaptador múltiple. Es un elemento indispensable. Cargo conmigo al menos tres aparatos que necesitan electricidad para funcionar, y los tres tienen enchufes distintos (que, a su vez, casi nunca coinciden con los de la pared del lugar en donde me estoy quedando). Este adaptador, en otras palabras, me resuelve la vida. Hay varios modelos del mismo aparato. Yo tengo este, que lo compré en Argentina hace ya unos años. No tiene marca ni estuche cool, ni colores top, pero funciona muy bien y no pesa nada. El precio ronda los AR$ 160 (menos de U$D 10).


2. Filtro para el agua. Hablé mucho sobre este aparato durante todo mi viaje por África. El LifeStraw simplemente me parece genial. Con una capacidad de casi medio litro de carga, este filtro limpia el agua a medida que uno va tomando (99.9% de las bacterias), y tiene mil litros de vida útil. En un año y medio viajando por África, el uso fue diario. No tuve problemas estomacales a raíz del agua ni una sola vez, y tomé de cualquier lado. Te olvidás de las botellas de agua mineral, las pastillas potabilizadoras, y de cualquier otro derivado. Me parece un obligado para cualquier viajero.
3. Mochila plegable. Hay cientos de modelos y de marcas y de chiches tecnológicos incorporados. Yo llevo una mochila de súper mano (es la más chiquita de todas, tiene 10 litros de capacidad) marca Quechua. Me sirve cuando quiero salir con lo imprescindible; me entra la cámara, un abrigo y los documentos necesarios. Se hace muy chiquita enrollándola, entra en cualquier lado, y es la manera más cómoda de salir sin tener que cargar todo lo que normalmente llevo en la mochila chica de mano.
4. Cargador portátil. Reniego mucho de él, lo asumo. Aunque necesito de la tecnología para vivir en mis viajes, a veces me pone de mal humor el lío de cables, enchufes, baterías y todo el peso que eso conlleva. Y como siempre las cosas parecen quedarse sin carga cuando uno más las necesita, llevo conmigo un cargador portátil que me salve, al menos, el teléfono. (Insisto, a veces me dan ganas de dejar todo olvidado en mi casa. Después me acuerdo que vivo viajando gracias a eso y se me pasa).
5. Navaja multiuso. Porque siempre quise ser McGiver, porque hay que estar preparado para todo, porque nunca está de más. Llevo una navaja que además tiene un saca corcho y abrelatas chiquito. No es la más completa (muero por una buena Victorinox). A pesar de ser de lo más barato del mercado, siempre me sirvió para arreglar cosas y salir del paso.

Gadgets que no tengo pero que me gustaría tener
1. Un reloj. Viajé siempre con un reloj sumergible, que tenía una malla rígida tan cómoda que no me lo sacaba ni para dormir. Después de muchos años empezó a fallar y nunca más lo reemplacé. Si bien buena parte de las funciones del reloj las reemplazó el teléfono (hoy miro la hora y pongo la alarma desde ahí), las ventajas de un reloj son muchas: no se quedan sin batería, están siempre a mano y la tecnología ha avanzado tanto, que hay relojes que sirven para mucho más que marcar la hora. Relojes de buceo, relojes que calculan las calorías perdidas y los kilómetros andados, relojes que se pueden conectar al celular. Personalmente, si tuviera que elegir uno en este momento preferiría un reloj en que además de la hora pudiera mirar otros datos como el clima (cuando uno viaja es algo que se vuelve fundamental) o la distancia recorrida.

2. Enchufe solar. Vi este invento hace unos años en las redes y me quedó en la mira. El enchufe solar para ventanas es una idea de Kyuho Song & Boa Oh, graduados del instituto de diseño de Seúl, y consiste en un enchufe con ventosas que se pega a cualquier ventana y que tiene un cargador de energía solar en su interior. De esta manera, el enchufe se pega, se carga con la luz del sol, y cuando está listo se puede utilizar para cargar cualquier dispositivo. Fácil, portátil, gratis y ecológico. La mala noticia de todo es que aunque el invento data de 2010, todavía tienen problemas con las patentes y no han logrado lanzarlo al mercado. Seguiré esperando para cuando eso suceda.
3. Calentador eléctrico Calorito. Seguro que mis lectores compatriotas se van a acordar de este invento súper barato y súper práctico (y algo peligroso también si no usa debidamente). Fue muy popular en los noventa y se comercializaba especialmente para calentar el agua para el mate, porque además venía con una entrada para hacerlo funcionar en el auto. Lo cierto es que para alguien como yo que vive tomando té no importa la temperatura ambiente (cargo además muchos sobrecitos que voy juntando por el camino), tener algo con qué calentar el agua fácil y rápido me hubiera salvado muchas noches de camping frío al paso (que no daba para hacer fuego). Por eso, sepan, me acordé de este invento muchas noches de carpa.
4. Mochila antirrobo. Desde que empecé a viajar con Juan y hasta este último viaje por África, mi mochila de mano fue una Doite Agatha. Después de más de siete años de viaje intensivos, de sobrevivir a un robo, de pasar por todos los climas y bancarse todos los remiendos, es hora de cambiarla. El problema es que Doite ya no fabrica ese modelo, y yo no encuentro ningún modelo que me guste. ¿Por qué? Bueno, podría decir dos motivos: primero y principal, reconozco, soy una persona costumbrista, y esa mochila se convirtió en una extensión de mi espalda. Cada cosa tiene su lugar, encuentro todo con los ojos cerrados, y me resulta más que cómoda. Segundo, porque tiene un bolsillo antirrobo: todo el respaldar se abre con dos cierres y es el lugar perfecto en donde todo este tiempo guardé mi pasaporte, mi plata y todo documento importante fuera del alcance de cualquier amigo de lo ajeno. Ahora, repito, no encuentro con qué reemplazarla. ¿Y la mochila antirrobo? La vengo viendo hace unos días en redes sociales. Tiene el mismo principio que este cierre tan querido, sólo que va más allá: desde allí se accede a todo lo que hay dentro de la mochila. A la vista, es súper segura (además de que tiene otros accesorios, como cargador usb o bolsillo para tarjetas). La duda que me da es en cuanto a practicidad. Habría que probar.
5. Cargador solar biodegradable. Para alguien que no usa tanto cargador portátil más que para emergencias, esta podría ser una buena solución. Este cargador es desechable, biodegradable y salvador de cualquier apuro. Una buena alternativa ecológica, frente a un mundo de tantas baterías irresponsables.
Gadgets que no uso pero que sí pueden ser convenientes
1. E-reader. Acá viene otro de mis fundamentalismos, así que atentos. Yo sé que los e-reader son una opción mega práctica, sobre todo para quienes viajamos y no podemos cargar con el peso de todos los libros (especialmente de las guías de viaje). Los ereader son livianos, cómodos, modernos. Sin embargo, no están entre mis gadgets útiles para un viaje largo. ¿Por qué? Varias razones: primero, todo lo que hago lo hago frente a un monitor. Y no solamente yo. Trabajamos frente a una pantalla, hablamos frente a una pantalla, escuchamos música, miramos series, escribimos frente a una pantalla. Me rehúso a leer libros de esa manera también. Segundo, porque creo que aunque el ebook tenga sus ventajas hay cosas a las que no va a poder reemplazar jamás: la sensación de las páginas en los dedos, el olor a libro nuevo, el olor a libro viejo, el placer de subrayar y volver sobre las páginas ya leídas tiempo atrás de un simple vistazo. Y podría seguir. Pero, reconozco, son cuestiones muy personales, y el e-reader sigue ganando adeptos, y con justos motivos.
2. Impresora de fotos. Es un chiche. La he usado y reconozco que se puede volver adictiva. La Instax tiene la ventaja de las fotos instantáneas, pero sin el derroche de imprimir a ciegas. Pesa menos de medio kilo y se controla con una app desde el celular. Más allá del scrapbooking, puede ser una buena herramienta para compartir con quienes uno conoce en el camino.

3. Mini bomba para empacar al vacío. No serviría de mucho en un viaje largo, pero para viajes cortos puede ser muy útil. Guardando la ropa en bolsas y quitándole el aire con este pequeño aparto, se puede reducir el espacio hasta en un 50%. Conocí a un viajero que la llevaba, incluso, en sus viajes de mochilero, y le resultaba muy conveniente para guardar la ropa de invierno, que es la que más lugar ocupa.
En alguna próxima entrega, prometo subir un post sobre qué llevo en la mochila y cómo lo llevo. Mientras, me cuentan: ¿tienen otros gadgets útiles para un viaje largo que puedan recomendar?
Muy buen post, Lau! Te leo siempre y me llamaba la atención que no tuvieras una lista así publicada en alguna parte del blog jeje
Yo también era una fundamentalista de los libros pero me di cuenta en los últimos años que entre los libros que dejé en Buenos Aires y los que compré desde que me fui, sumo alrededor de 400 :/ Así que para 2018 mi resolución es desprenderme de la mayorÍa y comprarme un e-reader!
Y las mochilas de mano… qué tema! Yo hace 4 años que uso una Karpatos con bolsillo extensible en la parte de atras: se abre toda la espalda y supuestamente es para poner la notebook, pero yo lo uso como escondite jaja
La verdad es que da mucho gusto abrir un libro cuando se viaja en bus, es mas latente la emoción, pues no siento esa adrenalina al abrir una app con libros virtuales.
Apúntate al club de los viajeros con Casio, a 5 euros, el mio ya tiene mas de 10 anyos de antigüedad… y resistente a 50 metros!
Hay unas mochila marca PacSafe que tal vez te interesen…
Y lo del ebook… acabaras cayendo, jajaja…
Nunca!! Jamás! Moriré con el papel jajajjajaj
Amo leer tus post! Seguí escribiendo , viajando y compartiendo con todas las nenas que anhelan por viajar como vos! Saludos desde bs as.
Gracias! 😀 😀 😀
Hola Lau! Como estas? Te leí hace unos días y recordé mi kindle, que me compre justo antes de quedar embarazada. Lo desempolvé y estoy intentando empezar a leer de nuevo. Me siento como cuando estoy intentando elegir algo para ver en Netflix sin poder decidirme. Definitivamente no me gusta, pero los libros son mas baratos y para viajar es claro que es mejor. Dejé muchos libros que me hubiera gustado cargar viajando.
Y con un hijo pienso, se transmite de la misma manera el amor y el hábito por la lectura con un libro de papel que con uno electrónico? Mi mamá es profesora de literatura y crecí en una casa rodeada de libro. No digo que si los padres de uno no leyeran, no te va a gustar, pero si es parte de lo que uno mama.
Solo queria dejar este aporte. Buenos caminos!
Hola Flor,
Qué buen punto. Nunca me lo había puesto a pensar pero me juego la cabeza que no, no es lo mismo y no se transmite ni a palos el mismo amor. Pensá en las fotos: ¿es lo mismo ahora, todo digital, todo efímero, que cuando nosotros éramos chicas y nos sentábamos a ver los álbums interminables de fotos de vacaciones, o de cumpleaños o de casamientos? Supongo que el mundo avanza, pero déjenme a mí aferrada a esos objetos que sobreviven humedades, servicios técnicos y modas. No hay como oler y tocar y sentir el peso de los libros o los álbums en las palmas. No hay y no va a haber nunca.
Abrazos y gracias por comentar.
Recién me tiro un error desde el celular por lo que no estoy seguro si cargo bien el comentario, cualquier cosa borra uno.
Yo le recomendé a juan el filtro lifestraw por twitter, preguntale como lo conoció! Tengo la misma botella azul también 🙂
Con respecto a la mochila antirobo, a sirchandler la gente de ebay le mando una de regalo, le podes preguntar a el que tal.
Saludos!
Sí, anda mal pero los recibo. La verdad es que no me acuerdo cómo los conocimos (o si fue la misma marca la que se puso en contacto con nosotros). Lo cierto es que nos los enviaron antes de viajar por África y, más allá de la cortesía, los recontra recomendamos porque son un gol. Nos olvidamos de los problemas con el agua. Aunque hay cosas que mejorarle (pierden si no están en posición vertical), ya forman parte del staff fijo de nuestro equipo jajaj. Le voy a preguntar a Chandler qué onda con la mochi, me da curiosidad.
Abrazos y gracias por comentar!
Lau
Hola Lau,
Maravillosas todas tus entradas como siempre ^^
Estoy planeando un viaje largo de mochilera por Latinoamérica y África el próximo año y me gustaría comprar la botella de filtro de agua que recomendás. Solo una duda. Cuándo toca a su fin la vida útil del filtro ¿qué tan fácil es conseguir repuesto y a qué precio? (caro, barato?)
Me gustaría saber cuanto te duró a ti por África hasta que tuviste que reponer el filtro viejo por uno nuevo (y si llevabas repuesto contigo o si lo pudiste comprar mismo en África).
Gracias desde ya.
Saludos!
Hola Joana,
Si tomás los 2 litros de agua diarios que se supone que hay que tomar, el filtro tiene una duración estimada de 1 año. Te das cuenta porque cuesta que pase el agua (no es que empezás a tomar agua sin filtrar). A mí me duró todo el viaje por África (año y medio, casi) y a la hora de cambiarlo cambié el equipo entero porque la botellita ya no daba más. El repuesto vale un poco menos de la mitad de lo que te vale con la botellita nueva. El segundo lo tengo desde hace un montón porque solo lo uso para viajar y sigue siendo una muy buena inversión. Te lo super recomiendo.