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Canal de Panamá

La ciudad de Panamá de día no es muy atractiva, tiene un aire a Ciudad del Este y la gente con la que hablamos tiene una paranoia con que les roben que asusta. Lo que sí me gusta es que acá los buses son una fiesta. Si bien por dentro siguen siendo buses escolares como los que venimos viendo por todo Centroamérica, por fuera cada uno es particular. Están pintados con distintos grafittis, de muchos colores, con diseños grandes y con mucha técnica. Muchos tienen leyendas al estilo `Dios me guía’ o ‘Jesús guarda mi camino’, o cosas así. Me dan muchas ganas de sacar una foto, pero me da miedo sacar la cámara acá. Después de pasar por el supermercado (donde hay mas de un cartel prohibiendo la entrada con armas de fuego), vamos hasta la estación y tomamos el bus hasta el canal. Vamos a visitar el centro Miraflores. Me sorprende – y al mismo tiempo me gusta- que este tan bien preparado para el turismo. La verdad es que no sabia que esperar. Es decir, había escuchado hablar mucho del canal, pero nunca había visto ni una foto, y digamos que las obras de ingeniería nunca me llamaron mucho la atención. Pero bueno, esto es algo único en el mundo.

Tenemos tanta suerte que justo cuando subimos al mirador esta justo a punto de cruzar un barco, y podemos ver como el agua pasa de una exclusa a la otra, para que quede al mismo nivel y se puedan abrir las compuertas. Todo el proceso lleva cerca de 10 minutos. Es bellisimo ver como el agua pasa de un lugar a otro, y me parece impresionante que semejante obra pueda unir los dos océanos. Después de ver el barco pasar vamos a la sala de video, donde vemos un film de cerca de 15 min. Donde explican un poco sobre la historia, pero mas que nada hablan sobre los planes de reforma que tienen para los próximos años. Nuestra entrada incluye también un pase para el museo, pero como estamos cortos de tiempo va a quedará para la próxima.

Desde allí tomamos un taxi hasta el casco viejo, directamente hasta la Iglesia San José, donde vemos el famoso altar de oro. Se dice que cuando el Pirata Morgan estaba saqueando toda el área el cura de la iglesia se entero y pintó todo el altar de negro, para evitar que se lo llevara. No solo eso, sino que cuando Morgan fue a la iglesia el cura le dijo que el altar ya no estaba porque otro pirata se lo había robado antes, y hasta lo convenció de que donara algo de dinero para construir otro. Dicen que antes de irse Morgan lo miro y dijo algo así como: «no se por qué pero a mi se me hace que usted es mas pirata que yo…»

Después de eso visitamos el Parque Catedral, Plaza Francia y el Parque Bolívar, y damos una vuelta por la costanera. Es muy, muy linda esta parte, a pesar de que nos habían recontra advertido de lo peligrosa que era. La están reconstruido y se nota que hay lugares donde mejor no meterse. Igual creo que cuando terminen va a quedare muy lindo, aunque no se si a Panamá voy a volver. Paramos a comer y de ahí tomamos un taxi hasta el centro comercial Albrook. Queremos comprar unas cuantas cosas y se supone que acá es libre de impuestos. El Shopping es gigante, pero es una decepción enterarnos que acá no es libre, sino que eso es en Colon. Al final terminamos comprando un mp4 y algo de ropa, que s’i esta barata. Volvemos al hotel a buscar nuestras cosas, lo acompañamos a Joao a su nuevo hotel y vamos a cenar, antes de irnos. Finalmente tomamos un taxi hasta la estación de bus. Nos espera toda una noche de viaje.

Laura Lazzarino

Soy Laura y desde 2008 vivo con mi mochila a cuestas, con un único objetivo: viajar para contarlo. Este blog es el resultado de mis aventuras a lo largo de +70 países. ¡Bienvenido a bordo!

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