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Alquilar un barco en Europa: 5 razones para incluirlo en tus planes

Aunque muchos relacionen los viajes a Europa con grandes ciudades capitales, museos y recorridos históricos, existe otra cara del viejo continente que se asemeja más a la conocida noción de paraíso: playas silenciosas, aguas turquesas, la calma de la soledad. Puede que no lo sepas, pero alquilar un barco en Europa es mucho más simple de lo que el común de la gente imagina.

¿Alguna vez soñaste con unas vacaciones relajadas, aisladas del mundo y en un paisaje salido de postal? ¿No sería maravilloso despertarse con el movimiento de las olas o navegar de una isla a la otra o conocer lugares a los que solo se puede llegar desde el mar? En este post, 5 razones y toda la información que necesitás para alquilar un barco en Europa, ya sea que quieras pasar una semana en el mar o tener una experiencia increíble durante todo un día.

1. Para alquilar un barco en Europa no (siempre) se necesita licencia

A diferencia de países como Argentina o Uruguay, donde es necesario tramitar un permiso especial para conducir cualquier tipo de embarcación, en Europa no siempre es necesario. Se puede, por ejemplo, rentar barcos pequeños en tamaño y en potencia sin ningún tipo de carné. Lo mismo sucede con los veleros: excepto en Francia, en el resto de los países no es preciso tener el carné de timonel (aunque sí se requiere tener experiencia).

Para alquilar embarcaciones pequeñas no hace falta tener carne.

Cuando se trata de embarcaciones superiores es necesario contar con un permiso. ¿Y qué pasa si no lo tengo? Eso tampoco supone un problema: siempre es posible alquilar un barco en Europa con un patrón con un coste extra.

Al momento de hacer la reserva se puede elegir directamente «Con patrón» o «Sin permiso» para ver las embarcaciones disponibles bajo estas categorías. Cuando retires la embarcación, la compañía brindará instrucciones claras sobre el funcionamiento del vehículo así como reglas de seguridad para que puedas disfrutar de la experiencia ya sea que tengas experiencia previa o no.

2. Se puede alquilar un barco en Europa con apenas unos clics

Navegar por las islas de Italia o las playas más espectaculares de Francia solía ser una experiencia exclusiva, reservada solo para los dueños de las embarcaciones o personalidades del jet set. En la actualidad, sin embargo, es posible alquilar un barco en la Costa Brava o cualquier destino de Europa incluso antes de llegar al viejo continente.

Alquilar un barco permite disfrutar de la calma de la naturaleza

Desde veleros hasta lanchas a motor, hoy en día existen compañías como SamBoat, dispuestas a ofrecer la posibilidad de que cada vez más navegantes puedan acceder al mar, ya sea para tener una experiencia de día completo, una fiesta con amigos o unas vacaciones de descanso. 

No importa si es la primera vez o si se trata de pasajeros experimentados, lo bueno de alquilar un barco en Europa de este modo es el respaldo: existe atención personalizada las 24 horas, se brinda información completa sobre el destino e, incluso, se puede contratar a un capitán en caso de querer un servicio más exclusivo.

Alquilar un barco en Europa es una buena manera de disfrutar del mar de un modo relajado y personal, lejos del bullicio y en medio de la naturaleza. 

3. Es una forma de desconexión 

Después de casi dos años de pandemia, mucha gente se desacostumbró a las grandes masas y los sitios concurridos. Aunque vacacionar en la playa sigue siendo tentador, mucha gente prefiere mantener su privacidad, y disfrutar del mar en sitios más alejados.

Portofino, Italia, sin la experiencia masiva de la costa.

4. Se pueden conocer lugares únicos

El mar está lleno de paisajes secretos y para poder descubrir algunos de ellos es necesario navegar. En Menorca, por ejemplo, existe una playa de arenas vírgenes. Cala Trebalúger es un paraíso de aguas cristalinas a la que solo se puede acceder por mar. Pero no es el único. El sur de Italia, por ejemplo, está surcado por acantilados que esconden cuevas y paisajes impresionantes, solo accesibles desde el mar.

Alquilar un barco da la posibilidad de conocer paisajes de otro modo imposibles.

Otro ejemplo es el faro Tourlitis, que se alza sobre una roca en la bahía del puerto de la ciudad de Andros. Para poder ver esta maravilla se puede alquilar un barco en Grecia y aprovechar el recorrido para conocer las Islas de Mykonos o Syrios.

5. Alquilar un barco en Europa (o en cualquier otro destino) es una experiencia inolvidable

Al final de cuentas, viajar se trata de eso: experimentar otras vidas, probar cosas nuevas, vivir aventuras que valgan la pena contar. Una noche acampando bajo las estrellas, la primera vez volando en parapente o esas vacaciones en que alquilaste un velero en plena Costa Adriática se convertirán en anécdotas de esas que valen la pena contar una y otra vez.

Alquilar un barco en Europa es una experiencia inolvidable

Laura Lazzarino

Soy Laura y desde 2008 vivo con mi mochila a cuestas, con un único objetivo: viajar para contarlo. Este blog es el resultado de mis aventuras a lo largo de +70 países. ¡Bienvenido a bordo!

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