Se piensan los viajes desde tres factores: transporte, alojamiento y comida. Se planifica desde ahí y resuelto el presupuesto en papel queda la sensación de que el viaje ─la aventura esa que nos desborda la imaginación─ es precisamente todo lo que empieza después, lo que se vive más allá de esas necesidades básicas cubiertas.

Pero estamos en el año 2020 y sabemos, de sobra, que más que itinerarios importan las experiencias. Eso mismo que antes nos parecía un trámite ─reservar un hotel, decidir qué comer─ puede resultar el eje central que termine definiendo al viaje en sí mismo. (Este blog y los viajes a dedo son un claro ejemplo).

En el post de hoy voy a hablar de alojamientos alternativos: desde plataformas especializadas hasta tendencias en crecimiento que hacen del hospedaje una experiencia en sí misma a la hora de viajar.
Índice / Index:
Glamping
Es una tendencia de alojamentos alternativos que viene creciendo desde hace varios años. El Glamping ─que se define como camping con glamour o cool camping─ unifica lo mejor de dos mundos. Del camping: la naturaleza, la experiencia de dormir lejos de la ciudad, la tranquilidad del ambiente. Del alojamiento tradicional: la comodidad a la hora de dormir y de ir al baño, la seguridad más allá del clima.

Aunque muchos critican a esta modalidad porque no siempre se duerme en carpa (hay también alojamientos muy originales como iglús, casas de árbol o vagones de trenes), personalmente me gusta que exista una alternativa para quienes quieran tener un contacto más directo con la naturaleza. Porque, admitámoslo, el camping tradicional no es para todo el mundo (y las razones para ir de glamping son varias)
Actualmente existen varias plataformas que ofrecen este tipo de alojamientos alrededor del mundo. Estados Unidos es uno de los países pioneros, pero yo lo conocí en Kenia, donde me hospedé en un de sus alojamientos alternativos, reserva que ofrecía cabañas de tres paredes. La cuarta pared era abierta y daba, ni más ni menos, que a una montaña donde cada mañana se paseaban varias manadas de elefantes. El lujo de despertar con esa vista es algo que no tiene precio.

NatureHouse – casas en la naturaleza
Naturehouse es una plataforma que permite reservar alojamientos alternativos en entornos naturales. Las opciones van desde casas de campo hasta yurtas o bungalows sobre el mar y el objetivo principal es hacer de cada estancia una experiencia de reconexión única.
A diferencia del Glamping, que tiene al camping como uno de sus factores bases, NatureHouse también reune a establecimientos como granjas, casas de campo o bed and breakfast que cumplan con requisito de estar aislados en un entorno natural.

La idea nació en Holanda de la mano de Tim y Luuk Van Oerle, unos hermanos amantes del avistaje de aves. Al salir de vacaciones por Europa Tim y Luuk se dieron cuenta de la dificultad que enfrentaban para hospedarse en lugares tranquilos, lejos de la ciudad y del ruido. A´si nació esta plataforma de alojamiento alternativo, cuyo concepto principal es el de priorizar el contacto con la naturaleza.
Al momento cuentan con más de 8.000 establecimientos alrededor de toda Europa. Y no es todo: NatureHouse lleva adelante un proyecto ambiental que consiste en plantar un árbol por cada noche reservada. En la actualidad ya llevan distribuidos casi un millón en Tanzania, Madagascar y Burkina Faso.
Intercambio de casas
Confieso que desde que vi la película The Holiday (si no la vieron corran ya a verla, la van a amar), la idea de intercambiar mi casa con un desconocido me pareció fenomenal. Claro que la peli es del 2006 y para ese entonces internet era cosa del futuro (y la idea parecía hermosa hasta que uno se ponía a pensarla en serio y le entraba la paranoia).

Hoy, que para todo existen plataformas, el intercambio de casas es una de las modalidades de alojamiento alternativo que van cobrando adeptos y que, sin lugar a dudas, moldean la experiencia de viajar.
La primera duda que surge es “¿tenemos que coincidir sí o sí en fechas?” Lo cierto es que no. Existen varias plataformas con diferentes reglas al respecto, y aunque cada una tiene su funcionamiento en particular, la regla base es que tengas una casa para intercambiar (y que esa casa esté libre en algún momento del año).
Si querés saber más, Eva de Una idea un viaja te explica acá cómo funciona el intercambio de casas.
Barcos hoteles
Aunque todavía no hay una plataforma donde poder ver todas las ofertas de un solo pantallazo, los “Barcoteles” son una tendencia de alojamiento alternativo que viene creciendo de a poco, bajo un concepto muy sencillo: transformar una embarcación en un cuarto de hotel (y vivir una experiencia diferente).

En Ámsterdam, donde los canales son un atractivo en sí, existen embarcaciones completas transformadas en hostales. Sin embargo, la oferta no se limita a Holanda: Estados Unidos, Italia o Croacia son algunos de los países que se suman a la oferta. Además del placer de dormir sobre el agua, los “Barcoteles” tiene una ventaja: las Marinas tienen buena ubicación, un ambiente relajado y seguro, especialmente para viajar en familia.

En este post de Nautic Ocean se explican algunos aspectos básicos a tener en cuenta a la hora de reservar, como la privacidad (la mayoría de estos barcos se alquila completo, independientemente de la cantidad de camarotes), los servicios incluidos o la ubicación de las Marinas.
Hoteles dispersos (o pueblos recuperados)
Hace unos años ─y tal vez no tanto─ circulaban noticias de pueblos europeos que pagaban a familias que quisieran mudarse allí. La propuesta era tentadora, aunque la letra chica era clara: había que comprometerse a remodelar una de las casas antiquísimas y residir allí por un buen período de tiempo. Es que el problema detrás de la oferta es sencillos: muchos pueblos rurales de Europa están desapareciendo a causa de las migraciones internas.

En esta crisis, la industria hotelera vio una oportunidad. Desde 1980, y cada vez con más fuerza, pueblos enteros que habían sido abandonados pasaron a convertirse en los llamados “hoteles dispersos” que no es otra cosa que una villa turística.
De este modo, no solo se pone en valor el patrimonio arquitectónico e histórico del lugar, sino que la experiencia del viaje se vuelve completamente excepcional.

Los pioneros de los hoteles difusos fueron los italianos (la dama del borgho, en Toscana, es un claro ejemplo). Sin embargo, existen proyectos en España, Albania, Irlanda y hasta en Japón. Normalmente el pueblo entero se convierte en hotel (con recepción, área de desayunos, suites y espacios de recreación), por lo que no es posible encontrar las habitaciones en plataformas como AirBnb.
Para recibir en tu casa nuestro nuevo libro “Caminos Invisibles – 36.000 km a dedo de Antártida a las Guayanas” sólo nos tenés que mandar un mensaje desde nuestra Tienda Virtual. ¡El libro espera a todas las almas nómadas que necesitan un empujón para salir a recorrer el mundo con la mochila! Los enviamos por correo a todo el mundo, y nos ayudan a seguir viajando. Agradecemos de corazón cada consulta.
Estimada, no puedo encontrar su listado de cosas para llevar. Gracias. Saludos
En que aún la tengo pendiente 🙁