Hay un encanto fonético inquebrantable. Italia no rima. Traba la lengua en la L y la enrolla, y en esa fracción de segundo en que la boca se abre y se cierra para pasar de la A entran todos los platos de pasta, y las clases de Dante, y la ciudadanía eterna, y los cuentos de mi abuela y los viajes de mis sueños. Este es el país por el que me volví viajera.
Lo llamé con el cuerpo durante años. Soñé con venirme a pasar acá una vida, con aprender a amasar con los ojos cerrados. Después rebusqué entre los papeles de la casa vieja de mi abuela, a ver si entre esas hojas de color té estaba resuelto el acertijo de mi prehistoria. Me volví como el final de una cadena que rasgaba el océano. Con ese horizonte anclado en el horizonte mismo me puse la mochila un día y empecé a andar por un camino sin retorno. Si cuando estaba cruzando alguna frontera sudamericana o a bordo de un vuelo a Bombay, alguien me hubiese preguntado: “¿A dónde vas?”, la respuesta hubiera sido “A Italia”, y no es que estuviera perdida en las coordenadas sino que todo sucede a un tiempo divino, y para algunas cosas hay que tener paciencia. La mía fue una espera de veintinueve países. Uno por cada año de vida. Finalmente llegué.
No fue como siempre me lo había imaginado: yo, planes, mapas, un vuelo directo a Roma y un país de película esperando por mí. En realidad, Italia cayó sobre la mesa de manera inesperada. Creo que por alguna razón extraña siempre había quedado para después y en algún punto del camino simplemente había dejado de buscarla. Pero apareció en medio de un pensamiento asiático, y fue con forma de e mail. Era una especie de invitación/posibilidad que de comienzo sentí como propia. La región de Emilia-Romagna buscaba bloggers que quisieran vivir una semana como locales. No había pasajes de por medio, ni programas restringidos, ni horarios que cumplir. Era una propuesta simple: ellos me daban el alojamiento y yo hacía y escribía lo que quería. Me anoté sin pensar. No sabía muy bien qué había exactamente en Emilia-Romagna ni cómo iba a cuadrar esa semana con el viaje a Islandia y el plan de Asia Central, ni cómo iba a hacer para aguantarme las ganas de quedarme más tiempo, pero algo me decía que Italia me estaba invitando, que la corriente se había dado vuelta y que esta vez era el viaje el que estaba viniendo hacia mí. Apreté enviar y crucé los dedos.
Dos mes después me bajaba del tren en plena ciudad de Bologna. Tenía todas las expectativas y a la vez ninguna: quería vivir de todo, quería comer hasta decir basta, quería hablar italiano hasta por los codos, sacar un millón de fotos, aprender a cocinar, quedarme perdida mirando el techo de alguna iglesia, caminar sin pensar a dónde, estar sola con mis ideas. Pero no tenía planes ni renglones sobre los que vivir, porque cualquier cosa que viniera iba a estar bien, cualquier cosa que pasara iba a ser Italia.
Caminé las cuatro o cinco cuadras como si mis piernas hubieran sido educadas para caminar por esas calles, y cuando llegué a la esquina que más me gustaba, me dí cuenta de que era ahí. Alguien abrió la puerta y por fin pude decir “Ciao, sono Laura!”, y me guardé para siempre en el paladar el sabor de esas palabras recién estrenadas. Sí, estaba en Italia y estaba conmigo. Después de mucho, muchísimo tiempo, volvía a viajar sola. Me lo debía. No se me puede ocurrir un mejor lugar.
Este post pertenece a la serie del Blog Ville Italia, organizado por el Ministerio de Turismo de la región de Emilia Romagna. Todos los contenidos editoriales siguen siendo producto de mi total antojo, como siempre 🙂
Hola Laura: Este es un post que tiene gusto a poco!! Me quedé con ganas de más. Leyendote revivo unos hermosos días de luna de miel accidentada. No pierdas nunca esa frescura de tus letras. 🙂
Hermoso relato, me encanta que te encante italia sin rimas
Cuando viaje por primera vez a la tierra donde nació mi padre, en una aldea de Galicia también senti una conexión con otra tierra muy fuerte , sentía una vibra especial pues queria ese lugar como quiero argentina donde naci… hay cosas que es difícil explicarlas con las palabras exactas y a ti te han salido
Gracias
maravillosas palabras me hicieron volar hasta allá espero poder conocerla algún día también
El otro día enganché «Eat, pray, love» y me dieron ganas de ir a Italia… y ahora leo esto!
Qué linda!! Te leo desde Venecia, en medio de un viaje mitad sola, mitad acompaniada y ahora sumada la companía de mis padres, que de paso me trajeron su libro «Caminos invisibles» desde Buenos Aires, el cual ya a la pagina 30 me ha hecho llorar de emoción y de otros tantos sentimientos al senitr todo su amor, y al compartir el deseo por la busqueda irrefrenable de la Libertad. Muchas gracias por estos momentos!!
inés
Tu blog ha llamado mi atenciòn y tus palabras revelan los sentimientos y las sensaciones de tu alma viajera. Como tù, tambièn yo vivo para viajar y llevar conmigo un peazito de mundo en mi corazòn
Una abrazo desde italia =)
Marta
Hola laura! Estoy planeando un viaje a italia para el año que viene sola..cuales serían tus consejos?
Disfruta, comé muchísimo, y si vas a usar Couchsurfing, mandá solicitudes con anticipación! Italia no me pareció para nada un país riesgoso para viajar sola. Tené las precauciones obvias, pero nada más! Un abrazo y buen viaje!
hola Laura te conoci en youtube por medio de daniel tirado, yo he viajado sola pero a italia voy por primera vez espero recorrer ese pais lo mas que pueda, que otras formas de alojamiento recomiendas a parte del couchsurfing? algun consejito extra 🙂
Hola Dei!
Mmmm no hay mucha opción, para ser franca. Los campings son caros, sobre todo en temporada alta. Podés probar con http://www.hospitalityclub.org y http://www.bewelcome.com (o .org) No te garantizo nada, porque es difícil, aunque si escribís con tiempo y sos una chica sola (no una pareja) a lo mejor tengas más suerte. Sino, no queda otra que hostels.
Un abrazo y muy buen viaje!
Hola laura! Me llamo Milagros y tengo 18 años, desde muy chica me encanto la filosofia del viaje, de cargar todo o nada en una mochila y salir a que el mundo me sorprenda… Italia es uno de mis destinos favoritos y espero algun dia poder estar en ese hermoso lugar con esa energia tan particular que tiene. Tus palabras me llenaron de inspiracion y anhelo… Gracias! algunos consejitos para alguien que recien empieza? saludos desde Argentina!
Hola Milagros!
El mejor consejo: animate! Si te fijás en el menú hay varios post con info útil que seguro te pueden servir.
Un abrazo!
Hermoso lo que escribís. Recién de pura casualidad encuentro tu blog, la verdad no soy de leer blogs, pero en media hora ya he leído un montón de cosas tuyas y me ha fascinado. Estuve en Bolonia en julio de 2015 y para mi fue una sorpresa el lugar. Como decís vos, a mi también no me habían recomendado para mi primer viaje ese lugar, pero igual aposté a ella y no me decepcionó ni un poquito. Es un lugar único, de sólo recorrer sus calles uno parece que hubiese retrocedido en el tiempo. Muchas gracias por recordarme tan bello lugar! Saludos desde Córdoba y buen viaje!
Gracias Flor!!! Bolonia es una muy buena primera anfitriona, sin lugar a dudas.